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Malba Cine Programacion: Ciclo John Ford vs Howard Hawks desde el 10/02/11

- Material y articulo de ElBazarDelEspectaculo blogspot com

MALBA CINE PRESENTA:

DUELO DE TITANES:

JOHN FORD VS. HOWARD HAWKS

MALBA CINE presenta durante todo febrero un ciclo dedicado a dos de los cineastas más importantes de la historia: John Ford y Howard Hawks en un duelo de titanes

Durante el ciclo se presentarán clásicos como Ayuno de Amor, Río Grande y Ecos de tambores en copias en fílmico nuevas y restauradas.

MALBA - Fundación Costantini

Av. Figueroa Alcorta 3415

Malba cine: Entrada General: $17.- Estudiantes y jubilados: $8.-


Sobre Duelo de Tiantes: John Ford vs. Howard Hawks.

Ford y Hawks, sinónimo del mejor cine norteamericano. No sólo compartieron una generación en el mundo del cine sino que además fueron amigos y solían visitarse en sus rodajes. Entre los títulos favoritos de uno figuraban varias películas del otro.

Ambos directores iniciaron sus respectivas carreras en el cine mudo y tuvieron una relación de amor-odio con los grandes estudios: aunque trabajaron para ellos, toda vez que les fue posible buscaron la independencia económica y creativa, conscientes de que el cine que más querían no podía hacerse de otra manera.

Ford comenzó a dirigir en 1917, al poco tiempo de empezar a trabajar en cine. Hawks fue primero ingeniero mecánico y luego se hizo un nombre como productor. Ford fue un poeta y Hawks un pragmático. Cuando Ford quiso ser independiente necesitó asociarse con hombres de negocios, como Merian C. Cooper, mientras que Hawks no tuvo inconvenientes en ser su propio productor. Hawks hizo un estilo de la comedia dicha a gran velocidad, mientras que Ford prefería ahorrarse las palabras. En los westerns de Ford es frecuente la celebración de la civilización joven y, al mismo tiempo, una profunda nostalgia por la desaparición de lo salvaje. En el cine de Hawks importa sobre todo el individuo y no hay tiempo para lamentarse por lo que está perdido.

Con los años, Hawks participó de la creación de su propio mito, colaborando con periodistas e historiadores, mientras que Ford no cedió jamás a la tentación de explicar su obra en las entrevistas. A Hawks le importaba el presente. A Ford, la leyenda.

MALBA Cine propone durante febrero enfrentar sus producciones para ahondar en su relación, dejar al descubierto sus similitudes y diferencias. ¿Habrá algún vencedor? ¿Se impondrá el Wayne de Más Corazón que odio de Ford sobre el Wayne de Río Rojo de Hawks? ¿Triunfará la sensualidad de Hawks sobre la pudorosa visión del amor de Ford?

Grilla de programación

JUEVES 10

14:00 Lágrimas y risas, de Howard Hawks, H. Koster, J. Negulesco, H. Hathaway y H. King

16:10 Eco de tambores, de John Ford

19:00 Río Bravo, de Howard Hawks

21:30 El hombre que mató a Liberty Valance, de John Ford

VIERNES 11

19:00 El novato del año, de John Ford*

SÁBADO 12

14:00 Más corazón que odio, de John Ford

JUEVES 17

14:00 El Dorado, de Howard Hawks

16:10 Río Grande, de John Ford

19:00 Río rojo, de Howard Hawks

21:30 Hombres de mar, de John Ford

VIERNES 18

19:00 El novato del año, de John Ford*

DOMINGO 20

14:00 Ayuno de amor, de Howard Hawks

16:00 Qué verde era mi valle, de John Ford

JUEVES 24

19:00 Sangre de héroes, de John Ford

VIERNES 25

19:00 El novato del año, de John Ford*

SÁBADO 26

18:00 Hacerme feriante, de Julián D'Angiolillo

DOMINGO 27

14:00 Río Lobo, de Howard Hawks

16:00 La patrulla invencible, de John Ford

Sobre la selección de películas presentadas

Howard Hawks

Hijo y rival(Come and Get It, EUA-1936) de Howard Hawks y William Wyler, c/Edward Arnold, Frances Farmer, Walter Brennan, Andrea Leeds, Mady Christians. 99'. Doblada al castellano.

Poderosa saga familiar que abarca dos generaciones de leñadores, a partir de una novela de Edna Ferber. Al productor Sam Goldwyn no le agradó el poco respeto que Hawks tuvo por el guión original y lo reemplazó por William Wyler, quien dirigió los últimos quince minutos del film. Curiosamente, el resultado no se vio perjudicado por ese cambio. En el doble papel de madre e hija, la actriz Frances Farmer tuvo la mejor oportunidad de su breve y accidentada carrera.

Sólo los ángeles tienen alas (Only Angels Have Wings, EUA-1939) de Howard Hawks, c/Cary Grant, Jean Arthur, Richard Barthelmess, Rita Hayworth, Thomas Mitchell. 121'.

En un pueblo perdido de Sudamérica, un grupo de aviadores transporta el correo desafiando las peores condiciones técnicas, geográficas y meteorológicas. El film estableció un motivo recurrente en la filmografía hawksiana: el equipo de profesionales dedicado a hacer lo que saben hacer. La amistad masculina, el pragmatismo ante la certeza de la muerte y los códigos de honor entre profesionales constituyen el tejido principal que vincula a los protagonistas y define sus relaciones. En ese contexto, también importan las mujeres fuertes, que aprenden a aceptar las condiciones de vida de sus hombres o se resignan a perderlos. Como en las posteriores Río Rojo, Río Bravo y El Dorado, la peripecia argumental ocupa un lugar secundario ante el peso de las caracterizaciones y el desarrollo de los vínculos entre los personajes.

Ayuno de amor (His Girl Friday, EUA-1940) de Howard Hawks, c/Cary Grant, Rosalind Russell, Ralph Bellamy, Gene Lockhart, Helen Mack, Ernest Truex, Roscoe Karns. 92'.

El punto de partida era una exitosa obra teatral (Primera plana) que ya había tenido una versión cinematográfica y tuvo otras después. Pero Hawks se apropió de ella para siempre cambiando el sexo de uno de sus protagonistas, elaborando de manera lateral


todas las posibilidades amorosas subsecuentes e imprimiendo un ritmo absolutamente frenético a diálogos y situaciones, hasta el extremo de que sigue siendo un film muy difícil de traducir con exactitud. Se verá en copia nueva, adquirida por la Filmoteca Buenos Aires.

El sargento York (Sergeant York, EUA-1941) de Howard Hawks, c/Gary Cooper, Walter Brennan, Joan Leslie, George Tobias, Stanley Ridges, Margaret Wycherly. 120'.

La historia del sargento Alvin York es verdadera: tras criarse en las montañas y desarrollar un notable talento para disparar con el rifle, York se convirtió a la religión y se hizo pacifista, por lo que al estallar la primera guerra mundial planteó objeción de conciencia. Una vez en el frente se destacó de inmediato como tirador y finalmente realizó una de las mayores proezas del conflicto capturando, sin ayuda, a un centenar de alemanes. Hawks dedicó la primera mitad del film a establecer la habilidad de York con las armas y su técnica para cazar pavos, similar a la que York usa después para capturar alemanes. Esa primera parte era pura ficción, pero Hawks temía que, sin ese antecedente, su hazaña posterior resultara inverosímil. Fue uno de los éxitos populares más importantes del realizador y del protagonista Gary Cooper.

Lágrimas y risas (O. Henry's Full House, EUA-1952) de Henry Hathaway, Howard Hawks, Henry Koster, Henry King y Jean Negulesco, c/Charles Laughton, David Wayne, Marilyn Monroe, Dale Robertson, Richard Widmark, Jean Peters, Gregory Ratoff, Anne Baxter, Fred Allen, Oscar Levant. 117'.

El escritor O. Henry fue autor del célebre Cisco Kid pero también fue uno de los cuentistas más celebrados de la literatura norteamericana, o por lo menos lo era cuando la Fox decidió adaptar cinco de sus relatos y contratar nada menos que a John Steinbeck para que los presentara. El quinteto final es obviamente desparejo, pero se destaca con ventaja el episodio dirigido con apacible humorismo por Howard Hawks, que además siempre fue uno de los ítems más difíciles de ver de toda su filmografía. También vale la pena ver el episodio protagonizado por Charles Laughton y el de Richard Widmark, en su etapa psicótica.

Río rojo (Red River, EUA-1948) de Howard Hawks, c/John Wayne, Montgomery Clift, Walter Brennan, Joanne Dru, John Ireland, Paul Fix. 133'. Doblada al castellano.

Un sintético prólogo establece cómo Wayne, Brennan y Clift se instalan en Texas y fundan un imperio ganadero. Varios años después, durante un gigantesco arreo de ganado desde Texas a Missouri, Clift y Brennan se ven obligados a rebelarse contra Wayne, quien jura venganza. Nadie puede dudar que el western es un género masculino por excelencia, ni que Hawks ha sido una de los realizadores norteamericanos que mejor retrató las amistades viriles (es célebre la curiosa escena en la que Montgomery Clift y John Ireland comparan sus respectivas pistolas). Pero suele pasarse por alto el hecho de que hay dos mujeres importantes en el film, una que importa por su ausencia y otra que con su presencia define el resultado de la confrontación final.

La novia era él (I Was a Male War Bride, EUA-1949) de Howard Hawks, c/Cary Grant, Ann Sheridan, Marion Marshall, Randy Stuart, William Neff, Eugene Gericke. 105'.

En la inmediata posguerra, un capitán francés y una teniente norteamericana reciben la misión de localizar a un operador del mercado negro. Ambos comienzan detestándose pero, a medida que pasan los días, se enamoran. Una vez casados, el flamante marido se ve obligado a desafíar los reglamentos militares para poder viajar a Estados Unidos con su mujer. Una década antes de Una Eva y dos Adanes, Hawks utilizó con eficacia el recurso del travestismo en esta atípica comedia, filmada en Europa y basada -insólitamente- en hechos reales.

El enigma de otro mundo (The Thing from Another World, EUA-1951) de Christian Nyby, c/Margaret Sheridan, Kenneth Tobey, Robert Cornthwaite, James Arness. 87'.

Esta primera versión de la novela corta Who Goes There? de John W. Campbell, Jr. debe contarse entre las películas de ciencia-ficción más influyentes de la historia el cine. Inauguró una larga tradición de invasores extraterrestres y fue uno de los primeros ejemplos cinematográficos claros de la paranoia dominante durante la guerra fría. Hawks produjo el film pero su estilo es evidente en el ritmo de los diálogos, en el comportamiento del grupo de profesionales que lo protagoniza y hasta en el tratamiento de la relación amorosa entre Tobey y Sheridan, cuya madurez y pragmatismo es típica del cine del realizador. Hace décadas que este film no puede verse en buenas condiciones en Argentina. Se exhibirá en copia nueva y completa, adquirida por el coleccionista Fabio Manes.

Vitaminas para el amor (Monkey Business, EUA-1952) de Howard Hawks, c/Cary Grant, Ginger Rogers, Charles Coburn, Marilyn Monroe, Hugh Marlowe, Harry Carey, Jr. 97'.

Jugando con ingredientes químicos, un mono de laboratorio descubre una sustancia capaz de devolver la juventud. Tras ingerirla por accidente, un científico y su esposa pasan a comportarse como dos adolescentes. Hawks volvió en esta película al estilo de comedia física que había utilizado en La adorable revoltosa (Bringing Up Baby, 1938), también con Cary Grant. En esa clave, el realizador celebra la madurez y en cambio presenta la adolescencia como una etapa insoportable y estúpida de la que conviene escapar lo antes posible. En un elenco brillante, que se entrega con alegría a los rigores del slapstick, se destaca Marilyn Monroe, que interpreta aquí el paradigma de la rubia tonta, y el veterano Charles Coburn, que no puede sacarle los ojos de encima. Este fue el film que motivó en Cahiers du Cinéma un célebre artículo de Jacques Rivette titulado "Genio de Howard Hawks", que comenzaba diciendo, sencillamente, "Vitaminas para el amor es un film genial y su genio se impone por la evidencia".

Rio Bravo (Ídem., 1959) de Howard Hawks, c/John Wayne, Dean Martin, Ricky Nelson, Angie Dickinson, Walter Brennan, Ward Bond, Claude Akins, Bob Steele. 141'.

Un sheriff, un borracho, un chico y un viejo rengo se atrincheran en la comisaría del pueblo para evitar que un grupo de malhechores libere a un criminal. La trama es una tenue excusa para describir con todo detalle los distintos lazos afectivos que se establecen entre esos personajes: el sheriff cuida a su amigo borracho como si fuera su hermano mayor; el viejo rengo se ocupa de ambos y a la vez exige atención como si fuera un abuelo; el chico ha visto a su jefe morir asesinado por los villanos y no necesita mucho más para incorporarse voluntariamente a esta improvisada familia. Mientras en la taberna los villanos interpretan melodías ominosas, en la comisaría los cuatro héroes cantan country & western, con alegría y tranquilidad. Todos son profesionales que harán lo que deba hacerse y, ante esa realidad, el criminal preso y las melodías ominosas tienen poca importancia. Lo único que importa, lo único verdadero, es la amistad que los vuelve fuertes. Después, si hay tiempo, también el amor. John Ford inventó el western clásico, pero Hawks lo llevó a la modernidad.

El Dorado (Ídem., EUA-1967) de Howard Hawks, c/John Wayne, Robert Mitchum, James Caan, Charlotte Holt, Michele Carey, Arthur Hunnicutt, Christopher George. 127'.

Con ligeras variantes, se trata de una remake de Rio Bravo. Una vez más Wayne debe cuidar a un amigo borracho y resistir en la cárcel el asedio de los villanos. A esa situación se le suma una herida que le produce parálisis, la avanzada edad y la culpa por una muerte absurda. Si bien todos los elementos del western clásico están en su sitio, el tono con el que Hawks pone en escena la relación entre Wayne, Mitchum y James Caan, permite pensar al film también como una comedia. La copia que se exhibe ha conocido épocas mejores, pero es la única posibilidad de verla en fílmico en Argentina.


Rio Lobo
(Ídem., EUA-1970) de Howard Hawks, c/John Wayne, Jorge Rivero, Jennifer O'Neill, Chris Mitchum, Mike Henry, Sherry Lansing, Bill Williams. 114'.

Terminada la guerra civil, un ex oficial se lanza a la búsqueda de dos traidores que han vendido información al enemigo. Los encuentra en el pueblo de Rio Lobo, donde se han apropiado de la autoridad local para aterrorizar a los campesinos y despojarlos de sus tierras. Nuevamente hay ecos de Río Bravo en este film, aunque también se pueden rastrear referencias explícitas a varias otras películas previas del realizador. No es casual, porque resultó ser su despedida del cine. Hace muchos años que este film no se ve en fílmico en Argentina. Se exhibirá en una copia adquirida por la Filmoteca Buenos Aires.

John Ford

María Estuardo (Mary of Scotland, EUA-1936) de John Ford, c/Katharine Hepburn, Fredric March, Florence Eldridge, Douglas Walton, Moroni Olsen. 123'.

La primera impresión que produce ver este film es la de estar viendo una magnífica obra de teatro en la que intérpretes de gran calidad compiten entre sí. Desde el punto de vista dramático, la pieza de Maxwell Anderson es un tour de force que amenaza con terminar explotando como un volcán. Pronto se nos recuerda, sin embargo, que esta es una película de John Ford: la representación teatral inicial va cediendo paso a un juego de luces y sombras, así como la voz de los intérpretes cede el paso a la narración visual pura. Ford decía con modestia: "Creo tener una cierta facilidad para componer", y cada uno de los encuadres de María Estuardo, perfectos tableaux vivants en blanco y negro, es un sólido testimonio de esa "cierta facilidad". Con ayuda de su mejor compinche, el fotógrafo Joseph August, el realizador hace que las sombras de los personajes cobren vida, se independicen, busquen su propia libertad de expresión y decisión, y hasta lleguen a parecer mudos testigos de aquello que sus dueños no pueden o no deben ver.

El huracán (The Hurricane, EUA-1937) de John Ford, c/Dorothy Lamour, Jon Hall, Mary Astor, Raymond Massey, Thomas Mitchell, C. Aubrey Smith, John Carradine. 102'.

En la década del '30 se estaba lejos de las profecías mayas y sin embargo se estrenaron varias películas con catástrofes diversas, incluyendo San Francisco (un terremoto) y En el viejo Chicago (un incendio). En ese contexto el productor Sam Goldwyn emprendió El huracán, que podría haber sido un film convencional como éstos pero no lo fue, sencillamente porque cayó en manos de John Ford.

En el film aparece planteada en términos arquetípicos la tensión entre la civilización y lo salvaje que el director trabajará en profundidad después en muchos de sus westerns. En términos formales, Ford trasladó a varias de sus películas de este período la influencia de los cineastas alemanes de la década previa y en este caso particular su modelo más evidente parece haber sido Tabú, la obra maestra de F. W. Murnau: también aquí hay una pareja de nativos de la Polinesia que no puede amarse porque una fatalidad lo impide y porque la civilización sólo parece ser una fuente de corrupción que conspira contra ellos. Y también aquí aparece la idea del paraíso perdido, aunque el destino no encarna en un sacerdote pagano que debe llevar a cabo un mandato ancestral (como en Tabú) sino en una fuerza natural terrible que de pronto transforma el paraíso en un infierno de destrucción y muerte.

Hace años que este film de John Ford no puede verse en fílmico en Argentina. Se exhibirá en copia nueva, adquirida en el exterior por la Filmoteca Buenos Aires.

Ecos de tambores (Drums Along the Mohawk, EUA-1939) c/Claudette Colbert, Henry Fonda, Edna May Oliver, John Carradine, Jessie Ralph, Arthur Shields, Ward Bond. 103'

Aunque muchas veces se lo menciona como un western (quizá porque hay indios que atacan un fuerte), en realidad se trataría más bien de un "eastern", ya que sus


protagonistas son los primeros colonos del norte del estado de Nueva York, hacia 1776. En última instancia la locación no importa demasiado ya que por primera vez Ford desarrolla aquí la paradoja de sus mejores films: por un lado celebra a la comunidad que nace, pero por otro lamenta la simultánea desaparición de lo salvaje. Fue el primer film en color del realizador, aunque muchas veces se lo exhibió en blanco y negro. Se exhibirá una copia adquirida en el exterior, con todos los colores en su sitio.

Hombres de mar (Long Voyage Home, EUA-1940) de John Ford, c/John Wayne, Thomas Mitchell, Ian Hunter, Ward Bond, Barry Fitzgerald. 105'.

Homero Alsina Thevenet: "Por un lado es un romance del mar, del heroísmo, de la naturaleza, de la oposición que los tripulantes encuentran en la tormenta o en el avión enemigo o en los comerciantes de tierra. Pero además de esa ficción, reiterada en todo el género, Hombres de mar es un cuadro real de marineros en su ambiente, de su soledad y su despierto erotismo, de sus diversas ansias por liberarse y volver a tierra, de la reserva de secreto y de drama oculto que ha llevado a cada uno hacia el barco y lo ha fijado a él, de la crisis de valor y de conciencia con que todos ellos deben luchar en un barco acechado por la guerra. La grandeza no parece estar ya en el film mismo, sino en la melancolía y en la reflexión a las que sutilmente lleva a su público, como muy pocos films lo logran. Quizás no pueda escribirse una historia del cine que omita conscientemente a este film, como no podría escribírsela sin el nombre de John Ford".

¡Qué verde era mi valle! (How Green Was My Valley, EUA-1941) de John Ford, c/Walter Pidgeon, Maureen O'Hara, Anna Lee, Donald Crisp, Roddy McDowall, John Loder, Sara Allgood. 118'.

La evocación es la sostenida manera del film, y la desintegración de una familia es su tema.¡Qué verde era mi valle! apunta directamente a la memoria de su espectador, lo empuja a un impensado paralelo entre su propio pasado y el que el film le proporciona, apela al recuerdo de un tiempo que hoy se siente como mejor. Pero si algo da la medida del arte de John Ford es que esa evocación prescinda de todo embellecimiento, particularmente del verbal, y que el pasado surja en la imagen y en la anécdota. Como en buena parte de su obra, le alcanza un pequeño grupo de personajes, casi aislado del mundo exterior, sujeto a sus propias reglas y a sus conflictos internos. La patrulla perdida, la tripulación de un buque, los pasajeros de una diligencia, una familia de Gales son bastante asunto para Ford, y nadie como él ha pintado tan vívidamente los problemas que allí surgen: la presión externa que une a ese grupo, los conflictos de amor y desconfianza que lo separan, los problemas de autoridad y rebelión. (...)

Entre 1938 y 1941, en tres años que fueron su apogeo, John Ford realizó sin interrupción La diligencia, El joven Lincoln, Al redoblar de tambores, Viñas de ira, Hombres de mar, El camino del tabaco y ¡Qué verde era mi valle!. Ese conjunto, por sí solo y en tiempo tan breve, sería ya un milagro. Junto a su obra anterior y posterior, y por encima de las tareas rutinarias que le han permitido mantenerse en el cine comercial, el conjunto ilustra a un realizador verdaderamente formidable, a un maestro del cine americano. ¡Qué verde era mi valle! sigue siendo una parte de esa lección, un ejemplo de cine dramático y de poesía. Texto de Alsina Thevenet:

Sangre de héroes (Fort Apache, EUA-1948), c/John Wayne, Henry Fonda, John Agar, Shirley Temple, Ward Bond, Mae Marsh. 127'.

Un oficial experimentado (John Wayne) confronta con el nuevo comandante del fuerte (Henry Fonda), que desconoce el modo en que funcionan las cosas en la frontera. Inspirada libremente en la masacre histórica de Custer, la película distingue entre la historia real y la mítica, abunda en extensas situaciones de comedia y tiene una de las mayores interpretaciones que realizó Henry Fonda en toda su carrera. El film se vio abreviado en sucesivas reposiciones pero esta vez se exhibirá en copia nueva y completa, adquirida en el exterior por la Filmoteca Buenos Aires.

La legion invencible (She Wore a Yellow Ribbon, EUA-1949), c/John Wayne, Joanne Dru, John Agar, Ben Johnson, Victor McLaglen, Harry Carey, Jr. 103'.

Dice la leyenda que John Ford comenzó a convencerse de que John Wayne era capaz de ampliar un poco su registro interpretativo cuando lo vio en Río Rojo de Howard Hawks y así que fue que decidió darle papeles más exigentes, hasta lograr resultados antológicos. El primero de esos personajes fue Nathan Brittles en La legión invencible, un capitán de caballería que está a punto de jubilarse, lo que obligó a Wayne a envejecer convincentemente unos quince años. Los últimos días de servicio de Brittles se ven comprometidos por la ruptura de la paz con los indios (siempre provocada por el hombre blanco) y el intento de evitar una masacre. La espléndida fotografía en colores de Winton Hoch obtuvo un Oscar de la Academia. Sin embargo, el film se estrenó en Argentina en blanco y negro y así se lo exhibió casi siempre. En esta ocasión se verá en copia nueva, con todos los colores en su sitio.

Rio Grande (Ídem., EUA-1950) de John Ford, c/John Wayne, Maureen O'Hara, Ben Johnson, Harry Carey, Jr., Victor McLaglen, Chill Wills. 105'.

Dice la leyenda que Ford sólo hizo Rio Grande para que el productor Herbert Yates le permitiera realizar El hombre quieto. Aunque así fuera, el film está muy lejos de parecer un compromiso comercial. En medio del enfrentamiento constante con los apaches, el comandante Kirby Yorke (Wayne) debe lidiar además con su hijo, que quiere ser soldado, y con su mujer, que quiere impedirlo. Junto con Sangre de héroes (Fort Apache, 1948) y La legión invencible (She Wore a Yellow Ribbon, 1949), Río Grande completa una legendaria trilogía de westerns dedicados a la caballería. Hace décadas que este film no se ve en fílmico en Argentina. Se exhibirá en una copia nueva, adquirida por la Filmoteca Buenos Aires.

Cuna de héroes (The Long Grey Line, EUA-1955), c/Tyrone Power, Maureen O'Hara, Robert Francis, Ward Bond, Donald Crisp. 138'.

La vida militar desde adentro, con sus rigores y ceremonias pero, sobre todo, con sus frustraciones, tragedias y represiones, aparece contada desde la autobiografía de un personaje real, Martin Maher, un inmigrante irlandés que encontró su hogar en Estados Unidos como instructor de deportes en la academia de West Point, donde pasó casi toda su vida. El título de estreno en Argentina tiene el tono rimbombante que Ford evitó dar al film, una de sus pocas experiencias con el formato de pantalla ancha. Se verá en copia nueva.

Más corazón que odio(The Searchers, EUA-1956) de John Ford, c/John Wayne, Jeffrey Hunter, Vera Miles, Harry Carey, Jr., Olive Carey, John Qualen, Ward Bond, Antonio Moreno. 119'.

"¿Qué hace vagar a un hombre? / ¿Qué lo hace rodar?"

Ethan Edwards (Wayne) y Martin Pawley (Hunter) son los "searchers" a los que se refiere el título original. Ambos dedican varios años de sus vidas a la búsqueda de Debbie, una niña tomada cautiva por los comanches tras la masacre de su familia. El tono oscila entre la poesía mítica de Pasión de los fuertes y el pragmatismo sombrío que inundaría los films de la última etapa del realizador. El personaje de Ethan Edwards, torturado por un pasado oscuro que Ford insinúa pero nunca revela, permitió a John Wayne realizar el mejor trabajo de su carrera. Se exhibirá en copia nueva, rescatada por la Filmoteca Buenos Aires.

El sargento negro (Sergeant Rutledge, EUA-1960), c/Woody Strode, Jeffrey Hunter, Constance Towers, Billie Burke, Carleton Young, Mae Marsh. 111'.



Por su tema (un juicio por violación) y por su estructura (una serie de flashbacks), este es el western más atípico de Ford y uno de los pocos en toda la historia del género que reconoce la existencia de negros en el oeste. Es curioso también, aunque más típico de Ford, la reiterada interrupción de las escenas dramáticas con esos momentos de comedia elemental que el director disfrutaba tanto. El conjunto funciona, sin embargo, y resulta un complemento ideal para la Trilogía de la Caballería (ver aparte) que Ford realizó entre 1948 y 1950. La copia que se exhibe ha perdido buena parte de los colores originales pero se trata de un film muy difícil de ver de cualquier otra forma.

El hombre que mató a Liberty Valance (The Man Who Shot Liberty Valance, EUA-1962), c/John Wayne, James Stewart, Vera Miles, Lee Marvin, Edmond O'Brien, Andy Devine, Woody Strode. 125'.

Los principales temas fordianos aparecen sintetizados en esta obra maestra imprescindible, que es también uno de los grandes films de todos los tiempos. Mientras en esa misma época el western se volvía spaghetti, Ford reaccionó con una obra que es a la vez clásica y moderna, melancólica y realista, cuya complejidad le permite justificar la existencia de los mitos pero al mismo tiempo desmantelarlos. Se estrenó en Argentina con el enigmático título Un tiro en la noche. Se verá en copia nueva, adquirida por la Filmoteca Buenos Aires.

Bonus track: El novato del año (Rookie of the Year, EUA-1955) c/John Wayne, Vera Miles, Pat Wayne, Ward Bond, James Gleason. 25' aprox.

Mientras estaba rodando Más corazón que odio, Ford tomó parte de su elenco y dirigió esta breve historia sobre baseball para la serie de unitarios Screen Directors Playhouse. Además de constituir un rarísimo ejemplo de su breve obra televisiva (que realizó con el mismo rigor que cualquiera de sus films), este corto es de particular importancia porque anticipa la cuestión central de su obra maestra El hombre que mató a Liberty Valance: cuando la leyenda se vuelve realidad, hay que imprimir la leyenda.

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