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Maestro(s), Fecha estreno Argentina película francesa 2022 con Yvan Attal, sinopsis, reparto, ficha

SINOPSIS En la familia Dumar el oficio de director de orquesta se transmite de padres a hijos: François (Pierre Arditi), el patriarca, está terminando una larga y brillante carrera internacional mientras que Denis (Yvan Attal), el hijo, acaba de ganar un nuevo premio "Victoria" a la música clásica.

Van Gogh, película 2018 con Willem Dafoe, sinopsis, reparto, ficha: En la puerta de la eternidad At Eternity's Gate

SINOPSIS

Esta historia explora lo que uno siente interiormente en el simple acto de creación, esa magia visceral y abrasadora que desafía todas las palabras y detiene el tiempo, la extenuante fisicalidad de la pintura y la intensidad devocional de la vida del artista, especialmente desde el punto de vista de los pintores.

¿Puede una película, en su propia forma cinética y que altera el tiempo, hablar del intenso remolino de sentimientos y vitalidad que conlleva la pintura?

La aparente imposibilidad de ello fue lo que motivó a Julian Schnabel a crear Van Gogh en la puerta de la eternidad . Quería capturar ciertas cosas que a menudo han evitado las películas sobre artistas: la visión de Schnabel de los últimos días de Van Gogh no se asemeja a ninguna otra.

El resultado es una experiencia cinematográfica caleidoscópica y sorprendente, que se convierte tanto sobre el papel del artista en el mundo, como sobre el hecho de estar vivo y alcanzar lo eterno, como sobre la belleza y la maravilla que Van Gogh dejó, sin saber el gran impacto que causó.

Schnabel expresa, "El Van Gogh que se ve en la película surge directamente de mi respuesta personal a sus pinturas, no sólo de lo que la gente ha escrito sobre él".

Van Gogh se convirtió en un prisma para Schnabel, Jean-Claude Carrier y Louise Kugelberg, (sus coescritores y coeditora) y, en última instancia, para el reparto y el equipo, para volver a mirar la implacable necesidad del ser humano de expresarse y comunicarse. La película se basa en las cartas, las biografías, las leyendas que todos hemos escuchado, así como las innumerables perspectivas de la historia. Pero principalmente, este es un trabajo de pura imaginación, una oda al espíritu artístico y al hecho de tener una convicción tan absoluta que te ves obligado a dedicar tu vida a ello.

Jean-Claude Carrier comparte, "Es una película sobre un pintor, Van Gogh, para la cual nuestra intención no es proporcionar una biografía sobre el pintor, eso sería absurdo, es tan conocido, sino soñar escenas que podrían haber tenido lugar, en las que el artista pudo haber participado, pudo haber tomado parte, en el curso de las cuales pudo haber hablado, pero las que la historia no registra. Es un enfoque de Van Gogh bastante novedoso".

NOTAS DE PRODUCCIÓN

Van Gogh en la puerta de la eternidad nació en un museo. Julian Schnabel llevó a su amigo, el renombrado guionista, novelista y actor francés Jean-Claude Carrière al Museo d'Orsay para ver la exposición titulada "Van Gogh / Artaud: El suicidado de la sociedad" (titulo que se deriva de la obra del dramaturgo, poeta y visionario francés, Antonin Artaud, del mismo nombre). Carrière es una leyenda cinematográfica, conocido por sus 19 años de colaboración en las películas del genial director de cine Luis Bunuel (incluyendo D iary of a Chambermaid, Belle de Jo ur y The Discreet Charm of the Bourgeoisie), así como guiones como Danton, The Return of Martin Guerre, The Unbearable Lightness of Being, y Cyrano de Bergerac). En 2014, Carrière recibió un premio honorífico de la Academia por su labor como guionista.

Mientras el dúo vagaba solo a través de las 40 pinturas en la muestra, incluyendo el Retrato del artista, El sillón de Paul Gaugin, Dr. Paul Gachet, Agustine Roulin y Par de zapatos, comenzaron a hablar sobre una película y, repentinamente, la idea cobró una vida propia inesperada. Carrière recuerda, "Lo que me resultaba extremadamente interesante era la idea de que podríamos tener una película sobre la vida del arte de pintar hecha por un pintor".

Esa tarde en el museo, Schnabel ya comenzó a intuir la estructura de la película que quería hacer. "Cuando te paras frente a un trabajo en particular, cada uno expresa algo. Pero después de mirar 30 pinturas, la experiencia se convierte en algo más. Se transforma en un cúmulo de todos esos sentimientos diferentes juntos", describe. "Ese es el efecto al que quería apuntar con la película, para hacer la estructura de forma tal que, a medida que uno va viendo los eventos que le van sucediendo a Vincent, vayan sumando; se siente como si todo este período de su vida te estuviera sucediendo en un momento".

A partir de aquella chispa, Schnabel y Carrière empezaron a ver cómo podría evolucionar. Carrière comparte, "Empezamos a escribir juntos y a leer mucho, pero la idea nunca fue hacer una biografía o responder las preguntas habituales. Lo que nos resultaba interesante era que Van Gogh, en el último año de su vida, era totalmente consciente del hecho de que tenía una nueva visión del mundo, de que ya no pintaba de la misma manera que otros pintores. Le estaba brindando a la gente una nueva forma de ver, y esa forma de ver es lo que queríamos mostrar en la película".

Jean-Claude Carrier cuenta, "Los dos, yo fui con un pintor a ver a otro pintor, Van Gogh, frente a algunos dibujos de Artaud... Me encontré a mí mismo frente a Julian y Van Gogh. En cierto momento, había varios autorretratos, me hizo detenerme frente al autorretrato del Museo d'Orsay, pero realmente muy, muy cerca, digamos a veinte centímetros: él estaba a un lado de Van Gogh y yo estaba del otro, y los tres ocupábamos medio metro cuadrado. Curiosamente, empezó a hablarme sobre la técnica; todo el tiempo evitando hablarme sobre los sentimientos que la imagen podría despertar o sobre el hombre Van Gogh. Me decía: "Mira, allí, usó tres azules. Ahí está el azul de prusia, ahí el cerúleo, ahí el marino. Hay tres azules diferentes y por una buena razón. Y continuó explicando por qué había pequeñas líneas rojas que rodeaban el ojo por completo y que no las notaría si retrocediera un poco. Me hizo acercarme. Sus comentarios eran de una agudeza y una precisión que, lejos de disipar la emoción emitida por la imagen, por el contrario, la hizo vivir. Era como si Van Gogh nos estuviera escuchando. Me parecía escuchar su corazón latir, escucharlo respirar a nuestro lado, disfrutando de lo que otro pintor estaba diciendo sobre él. Yo tenía ochenta y dos años y nunca hubiera imaginado que podría sentir tales emociones, a esa edad, frente a un cuadro. Obviamente, se lo debo a Julian, porque, yo solo podría haber pasado al lado de esas pinturas sin darme cuenta de nada.

Estas no eran consideraciones socio-estéticas o históricas y que aprecio enormemente. Tal vez se deba también a mi entrenamiento como cineasta que para mí la técnica sea un lenguaje: ningún movimiento de cámara puede ser inocente. Lo mismo sucedió delante de ese autorretrato de Van Gogh. Nos quedamos allí por mucho tiempo. Y creo que fue ese día, espero que haya más de ellos, que descubrí cuán lejos podemos llegar con la pintura. A través de lo simple, casi digo observaciones comunes: "Él empleó un tipo de pincel, un tipo de pintura, comenzó con esto, continuó con aquello, etc." Era como la historia de un nacimiento, la historia de un acontecimiento en la vida".

Laurence des Cars, Director y CEO de Musées d'Orsay y Orangerie, París, (d'Orsay provocó la creación de la película, y Schnabel tendrá una exhibición allí este otoño titulada "Orsay visto por Schnabel"), habla sobre Van Gogh en la puerta de la eternidad, "La película es más que una biografía clásica. En realidad, es una película sobre un pintor, de la visión de un artista que nos da una idea del proceso de creación artística. Creo que la película es un poco como un retrato de Schnabel. Hay momentos reveladores en los que la cámara se convierte literalmente en Van Gogh y, por lo tanto, Schnabel se convierte en Van Gogh. "Creo que Julian ha puesto mucho de sí mismo en este proyecto y manifiesta cosas sobre la pintura que son muy adoradas por él".

Louise Kugelberg (coescritora y editora): "Si miras las pinturas y dibujos de Van Gogh, ves a alguien que está alejado de la sociedad pero en medio de la naturaleza. Necesitábamos caminar y seguir su camino físicamente exigente para ver lo que él veía. El silencio es tan importante como el diálogo, el paisaje tanto como el retrato. Para hacer esta película, visitamos todos los lugares en los que Van Gogh trabajó y vivió en sus últimos dos años: Arles, el asilo en Saint- Remy, Auvers-Sur-Oise. La película está contada principalmente en primera persona, afortunadamente, tendrás la posibilidad de vivir un poco dentro de este hombre, en lugar de mirar desde lejos".

A medida que la filmación continuaba, Louise Kugelberg (diseñadora de interiores conocida por su trabajo que combina renovaciones históricas con arte moderno) comenzó a desempeñar un papel importante en todos los aspectos de la creación física de la película. Así comenzó una colaboración a tres bandas. Schnabel: "Ella le aportó una afinidad por el mundo natural que vino a impregnar, tanto el guión como la producción, con la profunda comunión de Van Gogh con la naturaleza".

Louise: "Mientras escribíamos, comenzamos a salir a la naturaleza cada vez más, y creo que Julian descubrió que cuando caminas ves las cosas de manera diferente. Vincent era alguien que pasaba mucho tiempo en el bosque, caminando largas distancias, por lo que entender esa experiencia y lo ardua que era, era un vínculo importante que debíamos compartir con el espectador. Mientras sigues caminando, vas cada vez un poco más allá, hasta que puedes ver más allá de lo que pensabas que podías ver, y tal vez incluso llegues a ver lo que él vio".

La co-escritora Louise Kugelberg, quien escribió el guión con Schnabel y Jean-Claude Carrière, señala que cuando Schnabel pensaba en Van Gogh, la eternidad es algo que se hacía presente en su mente.

Schnabel: "Todos tenemos un caso de vida terminal", dice. "Pintar es una práctica que de alguna manera se dirige a la muerte, porque está relacionada con la vida pero es diferente del resto de la vida, por lo que te da acceso a este otro lugar. El arte puede transgredir la muerte. En la película, la audiencia de Vincent aún no ha nacido, pero eso no le impide hacer lo que se vio obligado a hacer. Cuando lo ves afuera en el campo sonriendo, con su cara toda sucia, no se trata de un hombre pobre. "Es un hombre que siente que está en el lugar correcto en el momento adecuado, en completa conexión con estar vivo".

El productor Jon Kilik, quien ha colaborado con Schnabel desde su primera película Basquiat, dice que hacer una película con Julian es siempre un proceso orgánico y fluido. "Hay una línea en la película en la que Vincent dice que él no inventa sus pinturas. Él dice, 'las encuentro en la naturaleza, lo único que hago es liberarla'. Ese es definitivamente un proceso que ocurre cuando Julian está pintando, lo que también sucede con sus películas. "No trata tanto de capturar las historias de los pintores, escritores, poetas y músicos sino de permitir que sus historias fluyan a través de su punto de vista único".

"La película es un retrato de cualquiera que se haya sentado alguna vez a crear algo, sea pintor o no", concluye Kilik.

Schnabel, por supuesto, es un artista y un cineasta a la vez.

Jean-Claude Carrier: "Un buen pintor como Julian, que también es un excelente cineasta, siempre está atento no solo a la realidad, eso es algo completamente normal, sino también a lo que yace más allá de lo real. Su ojo es más agudo que el nuestro. En la realidad que nos rodea, él puede ver cosas que nosotros no podemos ver, que puede descifrar vagamente y que mañana nos resultarán familiares. Puede ver las relaciones entre las obras de arte que los historiadores de arte no pueden ver y que nosotros tampoco podemos ver. Al entrar en su museo tenemos que ser receptivos a tales relaciones".

Jean-Claude Carrier agrega: "Aunque Julian pasó al cine. De repente, después de disfrutar de una fama incontestada en la década de 1970 e incluso más en la década de 1980, de repente, en la década de 1990, se convirtió en cineasta. Su intensión no era poner sus pinturas en movimiento, sino trabajar con el movimiento de y por sí mismo. El cine, del griego kiné, significa movimiento. Hizo cinco películas y todavía está en eso, ya que acabamos de escribir una".

Hizo su debut como director con Basquiat, que rastreaba la breve vida, como un cometa, del artista con sede en Brooklyn, y se convirtió en el primer largometraje comercial sobre un pintor dirigido por otro pintor. A continuación hizo Before Night Falls, en la que Javier Bardem interpretó al perseguido poeta cubano Reinaldo Arenas, y The Diving Bell and The Butterfly, un viaje al interior de un periodista con síndrome de enclaustramiento, capaz de usar solo su ojo izquierdo para comunicar todo lo que veía y sentía por dentro.

En Van Gogh en la puerta de la eternidad , Schnabel parece conectarse con su tema más que nunca. "El hecho de que sea pintor es algo que probablemente hace que mi enfoque sea diferente", expresa. "Sinceramente, este tema es muy personal para mí. Es algo en lo que he estado pensando toda mi vida".

Personal como era la visión de Schnabel, en el proceso de realización de la película esa visión se hizo comunal y se amplió. Schnabel dice, "Es imposible enfatizar lo suficiente la colaboración de esta película. Cada una de las personas involucradas ha prestado su sensibilidad, sus habilidades y su conocimiento acerca del ser humano. Desde los actores hasta el equipo y los músicos, todos respondían directamente a sus propios sentimientos sobre Van Gogh. Y era el sentimiento lo que más queríamos que fuera auténtico".

Para Willem Dafoe, que se sumerge profundamente en el núcleo emocional de Van Gogh, el proceso fue casi alquímico. "Se podría decir que Willem está interpretando un papel, pero también se podría decir que está encarnando un espíritu", afirma Schnabel. "Willem estaba explorando su propia forma de arte mientras contaba la historia de un hombre que era, ante todo, un ser humano".

A Dafoe le encantó la oportunidad de atraer al público a los pensamientos de Van Gogh. Como parte de su preparación para el papel, tomó clases particulares de pintura con Schnabel.

Para Oscar Isaac, quien interpreta a Paul Gauguin, una figura central en los últimos años de vida de Van Gogh, el deleite de la película es que es tan subjetiva que cada miembro de la audiencia puede obtener una experiencia única. "Nunca me había topado con una película como ésta", dice Isaac. "De una manera muy visceral, Julian te invita a sentir lo que Van Gogh estaba pasando en este momento de su vida para que entre en tu subconsciente. Realmente te sientes como si estuvieras en los zapatos de Vincent atravesando esta mezcla de explosión creativa e implosión personal".

Si bien hay numerosas películas, especiales de televisión, documentales y episodios de series sobre Van Gogh, ninguno habla de la experiencia de Schnabel como pintor. Para él era crucial que la película girara en torno al acto real de aplicar pintura al lienzo, señala. "Para mí, la pintura debía ser auténtica, así como tener una película fiel a las ideas que los pintores tienen en su cabeza y a lo que piensan sobre nuestras relaciones con otros pintores, incluso aquellos que ya no están".

Inevitablemente, la historia incluiría a otro pintor inmortal: Paul Gauguin, quien se unió a Van Gogh en Arles, y con quien vivió por un tiempo. Mucho se ha hablado de su tempestuosa relación y de su papel en los aparentes episodios de locura de Van Gogh, pero Schnabel, Carrière y Kugelberg estaban mucho más interesados en la forma en que ambos se habían relacionado como artistas, en imaginar las conversaciones sobre técnica y filosofía, algo de lo que nunca se escuchó.

"Nos interesaba especialmente el hecho de que Van Gogh pintaba a partir de modelos, pero Gauguin pintaba desde la memoria y la imaginación. Se trataba de dos maneras de ver diferentes, y nos imaginábamos qué hablarían entre ellos sobre esas diferencias", manifiesta Carrière.

Incluso una vez terminado el guión, la producción fue también un proceso de descubrimiento. Kilik describe, "La razón por la que es tan divertido trabajar con Julian es que se lo toma como,'probemos y comencemos de nuevo'. No se trata de una preparación extrema, sino de saber lo suficiente sobre nuestro tema y, luego, permitir que las cosas evolucionen a través de la selección de los actores, la búsqueda de las locaciones, la filmación y la edición, dando lugar también a las sorpresas y a lo inesperado. Con Julian más bien se trata de confiar en sus instintos. Se trata de mantener las cosas frescas y crudas y estar abierto a todo lo que está sucediendo frente a ti para que puedas trabajar con ello, y tal vez, de esa manera, algo de lo real empiece a revelarse".

Interpretando a Vincent van Gogh está Willem Dafoe, actor que por su versatilidad y curiosidad artística fue nominado al premio de la Academia en tres ocasiones. Más recientemente se lo vio en el papel del gerente de motel en The Florida Project, de Sean Baker. Sus roles abarcan desde el Duende Verde en las películas Spider-Man hasta Jesucristo en The Last Temptation, de Scorsese.

"Es la única persona a la que quería para el papel", expresa Schnabel. "Y lo que ocurrió mientras lo hacía es que su profundidad de exploración, su resistencia física y su imaginación fueron mucho más allá de lo que estaba escrito en la página".

Dafoe sentía una atracción por el papel antes de que Schnabel lo llamara. "Conozco a Julian desde hace mucho tiempo. Es un viejo amigo, y cuando escuché que iba a hacer una película sobre Van Gogh, quería el papel", recuerda Dafoe. "Una vez que Julian y yo hablamos, me dijo que leyera el libro de Steven Naifeh y Gregory White Smith, Van Gogh The Life. Lo leí y tomé nota de todas las cosas que me interesaban, ciertas citas, pequeños detalles. Se las envié a Julian y esa fue realmente mi introducción para formar parte del proceso. Y así continuó a partir de allí".

La lectura no solo sorprendió a Dafoe sino que avivó aún más su interés. "Creo que la mayoría de la gente piensa que sabe mucho sobre Van Gogh, pero, en realidad, no es así", dice. "Cuanto más leía, más inspirador me resultaba. Me sentí especialmente obligado por todo lo que compartió en sus cartas".

Pronto comenzaría un viaje creativo aún más misterioso, ya que Schnabel tenía la intención de que Dafoe pintara en la película, que no solo imitara los movimientos de pintar, sino que también se comprometiera física, emocional e instintivamente con los lienzos para crear algo nuevo en la pantalla.

"Esta película trata sobre la pintura al igual que sobre Van Gogh, por lo que una gran parte del proceso para mí fue aprender a pintar, y más aún aprender a ver", explica Dafoe. "Comenzamos de manera muy simple, aprendiendo sobre los materiales y cómo sostener un cepillo. Con el tiempo, Julian comenzó a pedirme que pintara por mi cuenta. No es para decir que me he convertido en un verdadero pintor en tan poco tiempo, pero sentí que lo que Julian me enseñó realmente me abrió de una manera diferente".

Agrega, "En un sentido muy práctico, me arraigó más profundamente en la realidad de Vincent, porque estaba experimentando algo de lo que es ver los cambios perceptivos que ocurren cuando estás trabajando. Me dio una comprensión mucho más profunda de las cosas que creía entender antes sobre el arte, pero que realmente no lo hacía. Aprendí cómo tocar un lienzo, cómo enfocar el color, cómo establecer estrategias y cómo abandonar las estrategias. Más que nada, aprendí que la pintura es una combinación de inspiración, impulso, técnica, entrenamiento y luego dejar de entrenar. Una de las cosas que más me gusta de la película es que documenta parte de ese proceso, que es raro que alguien lo vea".

"Considero que crear personajes haciendo lo que hacen es muy bueno. Genera un cambio en uno mismo", afirma. "Entonces no se trata de interpretar quién es esta persona, sino de habitarla".

Para Dafoe, descubrir que el hogar de Van Gogh no solo consistía en aprender a manipular un pincel, sino también volver a enamorarse del sur de Francia y asimilarlo con todos sus sentidos. "En realidad, el ancla para interpretar a Vincent fue estar en la naturaleza pintando", expresa Dafoe. "Al principio de la producción, Julian y yo comenzamos a caminar en la naturaleza y, donde encontrábamos un buen lugar, nos deteníamos a pintar. Algo de eso formaba parte de la práctica. Pero luego empezamos a filmarlo y creo que la sensación de esos días fue muy importante para la esencia de la película".

Schnabel señala que la fortaleza de Dafoe pareció borrar la diferencia de edad entre el actor y el personaje. "Van Gogh tenía 37 años cuando murió. Willem tiene 63 años, pero Van Gogh estaba bastante arruinado y desgastado a los 37 años y Willem está en gran forma", observa Schnabel. "Era un rol muy exigente, pero Willem fue extremadamente capaz de hacer todas las cosas arduas que Van Gogh hacía, como trepar y escalar para alcanzar las vistas que quería ver".

La profundidad del afecto de Van Gogh por su hermano Theo, la única persona con la que siempre podía hablar sobre el arte y la vida, por placer o desesperación, también era algo que Dafoe quería expresar, y que aparece en sus escenas con Rupert Friend. "Theo salvó a Vincent", afirma Dafoe. "Lo cuidó de muchas maneras. Era una relación muy adorable. Y Theo veía en su hermano lo que otras personas aún no han visto, sin dudar nunca de su confianza en el talento de su hermano".

También en la mente de Dafoe, a lo largo de la producción, estaba el deseo de comunión de Van Gogh, no solo con amigos, vecinos y otros artistas, sino con su concepción de Dios, algo sobre lo que el artista escribió a lo largo de su vida. "Creo que Vincent sentía que se conectaba con Dios más claramente a través de la naturaleza", comparte Dafoe, "así que eso fue algo en lo que me concentré. Era feroz en su deseo de tocar a Dios a través del color, de la luz, de la perspectiva, de la respuesta plena al paisaje y al mundo que lo rodeaba. Intentaba captar una realidad que para él se sentía más cerca de Dios de lo que normalmente vemos".

Para Dafoe, el deseo de acercarse al núcleo mismo de las cosas era el camino hacia el papel, en lugar de a través de los ataques de enfermedad del artista. "Vincent luchó de muchas maneras a lo largo de su vida, lo cual se evidencia en sus cartas, pero yo no me enfocaba en eso", explica Dafoe. "Cuando interpretas a una persona de este modo, tu intención no es juzgar o etiquetar por lo que está atravesando. Me interesaba más la forma en que pintaba y cómo vivía cada día".

Lo más evidente es que ambos pintaron mucho en esas semanas. Schnabel percibía a Gauguin como alguien que reconocía en Van Gogh a un igual artístico e intelectual, incluso aunque veían, y pintaban bastante, el mundo que los rodeaba en cuadros completamente diferentes. "En la mayoría de las películas, Gauguin se ha mostrado como una especie de imbécil que no podía manejar a Van Gogh. Pero el hecho es que, Gauguin escribió algunas cosas muy hermosas para y sobre Van Gogh después de que dejó Arles", dice. "Hay una carta que Gauguin le escribió a Van Gogh, cuando él está en el asilo en la que dice que quería intercambiar una pintura con él. Y esa carta fue realmente la mejor revisión que Van Gogh podía obtener, porque a Van Gogh le importaba lo que Paul pensaba. Y el hecho es que Gauguin también se preocupaba por Van Gogh".

Cuando Oscar Isaac entró en escena para interpretar a Gauguin, la dinámica cambió, reflejando de alguna manera el modo en que la llegada de Gauguin a Arles cambió las cosas para Van Gogh. Isaac explica, "Hasta que llegué, Julian había estado filmando la película de una manera más relajada, vagando con Willem en la naturaleza, filmando mientras caminaban y pintaban. Entonces, de repente llegué yo y hubo escenas y diálogos. Así que nos pareció muy auténtico que la llegada de Paul aportara algo nuevo".

Isaac también ha encarnado una inusual amplia gama de roles recientemente, desde el legendario cantante folclórico en Inside Llewyn Davis, de los hermanos Coen (que obtuvo una nominación al Globo de Oro) hasta el magnate tecnológico en Ex Machina, de Alex Garland, hasta Poe Dameron en la nueva serie de Star Wars. Ahora disfrutó la oportunidad de canalizar el encanto bohemio y la visión de Gauguin.

"Esta vez, el tiempo que Gauguin y Van Gogh compartieron en Arles ha adquirido proporciones sumamente míticas debido a que el flujo de creatividad fue muy condensado y presurizado", dice Isaac. "Fue muy divertido leer sobre eso y más divertido aún imitar a Willem tratando de crear cosas que podrían haber ocurrido cuando estaba solo en la habitación. Lo que a los dos nos interesaba era el modo en que estos dos pintores se comunicaban y lo mucho que se

preocupaba el uno por el otro. La mayor parte del tiempo Van Gogh estaba tan solo, tan encerrado en sí mismo, que en ese momento Gauguin fue casi un salvavidas para él, la única persona que podría tal vez entender algo de lo que estaba tratando de hacer".

En la escena favorita de Isaac, Van Gogh y Gauguin pintan uno al lado del otro, cada uno en busca de algo, pero de algo diferente. "Están literalmente sentados uno al lado del otro, pero Van Gogh está pintando lo que ve frente a él de una manera salvaje y Gauguin está inventando algo por completo. "Ambos están lidiando con lo que significa ser pintor y el por qué hacen las cosas como lo hacen".

Schnabel, Dafoe y un equipo de artistas pintaron más de 130 pinturas de Van Gogh.

Para llevar a cabo este ambicioso concepto, la producción creó un taller de pintura inusual dirigido por una pintora francesa Edith Baudrand.

Por ejemplo, Baudrand hizo una pintura inicial de Dafoe como Van Gogh, luego Schnabel pintó sobre ella. Baudrand habla de cuando vio a Schnabel trabajando, "Cada pintor es muy diferente, y Julian cuando pinta se libera. Está en otra dimensión. Al pintar, intenté respetar la forma en que Van Gogh pintaba, pero Julian va más allá, por lo que sus retratos son muy vívidos. Creo que es muy interesante ver las dos dimensiones combinadas".

Schnabel había desarrollado una visión para el diseño de la película antes de que comenzara el rodaje, pero una vez que el equipo estuvo en el lugar, también respondía instintivamente a los lugares donde filmaban, incluyendo Arles, el asilo en St. Remy, Auvers-Sur-Oise y La Gran Galería del Museo Louvre. Formó un equipo altamente creativo, dirigido por el director de fotografía Benoît Delhomme (que también es pintor y conocido por películas como The Theory of Everything, A Most Wanted Man y The Scent of Green Papaya), el diseñador de producción Stéphane Cressend (director de arte de Dunkerque) y la diseñadora de vestuario Karen Muller Serreau (Amour, Venus in Fur).

El estilo orgánico de Delhomme coincidía con la visión de Schnabel. "Benoît hizo un trabajo brillante", expresa Schnabel. "Usamos una cámara digital y, a veces, Benoît simplemente seguía a Willem lejos del camino, entonces yo tenía que pedirles, '¿Por favor, puede volver el DF y el actor?' Él simplemente filmaba como loco, y captó unas imágenes hermosas".

Para Delhomme, desde el momento en que se enteró del proyecto, estaba dispuesto a hacer cualquier cosa para formar parte de él. "Inmediatamente pensé 'quiero rodar esto, para Julian, para Van Gogh, para Willem', a quien conocí en el rodaje de The Most Wanted Man, y porque he estado pintando en secreto durante los últimos 20 años entre filmaciones. Pensaba que era una oportunidad de combinar todo lo que me gusta hacer: filmar y pintar".

Recuerda la forma poco convencional en que fue contratado, después de que Schnabel lo invitara a Montauk para hablar sobre la película. "Julian me pidió que le leyera el diálogo del guión en francés", recuerda Delhomme. "Estaba petrificado pero lo hice y disfruté diciendo las líneas. Julian te transmite mucha fuerza. Podría pedirme que dispare en el borde de un

acantilado y lo haría olvidando que tengo vértigo. A la noche siguiente, estaba en mi habitación y recibí un mensaje de él que decía, 'Hola Ben, ahora estoy pintando'. Así que tomé mi cámara y corrí a su estudio al aire libre. Era la hora de la magia y ahí estaba Julian en pijama blanco trabajando en unas pinturas gigantes para su exposición en San Francisco. Estaba usando un palo de 5 metros de largo con un cepillo al final. Sin preguntar nada inmediatamente comencé a filmar. Me preocupaba que pudiera perturbar su concentración, así que traté de ser invisible como cuando fotografiaba a los actores haciendo un monólogo. Disparé sin parar hasta que estaba tan oscuro que él ya no podía pintar. Pasé una parte de la noche editando mi película y se la mostré a Julian en el desayuno. Inmediatamente después oí que Julian llamó al productor Jon Kilik para decirle, 'Benoît es el director de fotografía ahora'".

Algunos de los primeros disparos de Delhomme se hicieron solos en un campo de trigo escocés. "Julian pensó que podríamos necesitar algunas tomas de campos de trigo para el final de la película, así que organizamos una sesión para mí y un asistente, sin Julian. La semana anterior, Julian me llamó para decirme que le pidiera al diseñador de vestuario un par de pantalones y zapatos de Vincent. Me dijo, "Me gustaría que los usaras y te filmaras caminando por el campo como si fueras Van Gogh. Tal vez también puedas usar su sombrero de paja y hacer una toma de tu sombra". Así que pasé tres días, vestido como Van Gogh, en los campos de trigo. "No había mejor manera de meterme en la cabeza de Vincent ni mejor manera de prepararme para filmar esta película: con la parte superior de mi cuerpo como Benoit Delhomme y la parte inferior como Vincent".

En todo momento, Delhomme se inspiró en las cartas de Van Gogh. "Me inspiraron sus pensamientos sobre la creación de imágenes y la responsabilidad del artista frente al mundo", dice. "Hubo frases que tomé como mantras: 'haz que tu luz brille ante los hombres, creo que es el deber de todo pintor' y 'deja que nuestro trabajo sea tan inteligente que parezca ingenuo y no muestre nuestra inteligencia'".

Mientras Schnabel y Delhomme hablaban de películas como Andrei Rublev, de Tarkovsky, y Diary of a Country Priest, de Bresson, el estilo de Van Gogh en la puerta de la eternidad se estableció en el momento. Nunca hubo una lista de disparos, y Delhomme señala que "podría pasar un día entero disparando en un campo de girasoles muertos como si fueran seres humanos". La película fue filmada en gran parte a mano, utilizando una plataforma especialmente creada para permitir la máxima flexibilidad. "Necesitaba poder caminar y correr con Willem. Necesitaba poder poner la cámara en el suelo y luego levantarla repentinamente hacia el cielo, como un fotógrafo de guerra en los campos", dice. "Un día le pregunté a Julian si mi estilo de cámara era demasiado inestable y él respondió, "La vida es inestable, así que nunca serás demasiado inestable".

Delhomme se sentía estimulado por la audacia de Schnabel. "Su mantra es siempre 'el primer pensamiento, el mejor pensamiento'. Siempre estuvo súper seguro de que nuestras elecciones eran las correctas", dice.

La espontaneidad estaba tan a la orden del día que a veces Delhomme le entregaba la cámara a Dafoe para que disparara desde su propia perspectiva. Otras veces, la naturaleza ofrecía sorpresas providenciales. "Un día estábamos filmando a Willem como Vincent descansando en un acantilado al atardecer. Mientras estaba acostado, inconscientemente enmarqué el sol rojo como si se metiera directamente en su boca abierta y no pude evitar decir en voz alta: '¡Se está comiendo el sol!'"

Para mejorar el punto de vista en primera persona de la película, Delhomme y Schnabel decidieron utilizar a veces una dioptría dividida en la lente, lo que crea el efecto vertiginoso de dos profundidades de campo diferentes en una imagen. "Esa idea provino de unas gafas de sol que compré en una tienda vintage que resultaron ser bifocales", explica Schnabel. "La parte inferior de la lente te devuelve una profundidad de campo diferente a la superior y pensé, ésta podría ser la perspectiva de Vincent. Es una forma diferente de ver las escenas en la naturaleza".

Cuando Delhomme se puso las gafas, vio exactamente lo que Schnabel quería. "Comprendí que lo que le gustaba era que las gafas podían dividir el mundo en dos espacios y mostrar la línea borrosa entre esos dos mundos", dice.

El color en sí mismo cuenta parte de la historia de la película, desde la neblina grisácea de París hasta la feroz luz del sur de Francia hasta los crudos sienas y ocres del mundo natural hasta las experimentaciones en tinte y tono en las pinturas de Van Gogh. (Gauguin escribió que él y Van Gogh estaban "constantemente en guerra por la belleza de los colores"). Filmar al aire libre la mayor parte del tiempo posible era crucial. Schnabel dice, "Cuando Vincent está en comunión con la naturaleza es un hombre rico y no importa si ha vendido pinturas o no". Eso no es lo que él está buscando. Así que teníamos que estar afuera, en la naturaleza, para estar con él en eso".

Los lugares reales prestaron su propio ambiente. Kugelberg recuerda haber filmado en Saint- Paul de Mausole, el monasterio convertido en un asilo donde Van Gogh pasó algunos meses, que en la actualidad sigue siendo un hospital psiquiátrico. "Fue increíble tener la oportunidad de estar en la habitación de Vincent, para ver dónde se sentaba mirando hacia el jardín exterior", dice ella. "Le aportó un elemento muy fiel a la película".

El diseñador de producción Cressend supo desde el principio que las locaciones auténticas eran solo un punto de partida para Schnabel. "Hay muchas fuentes para Van Gogh, tal vez demasiadas fuentes", comenta Cressend. "Están las cartas, las pinturas, los dibujos, los muchos, muchos libros. Pero en nuestra primera reunión, Julian dijo, 'Si dices que Van Gogh tenía una uña rota en la mano izquierda, habrá diez personas que te dirán que era en la mano derecha. Entonces, lo que es sumamente importante no es hacerlo bien, sino hacer una buena película".

Eso se convirtió en el mantra del equipo. Por ejemplo, sobre devolver a la vida a la casa amarilla donde Van Gogh vivió en Arles, Cressend dice, "Al equipo siempre les decía que no

estábamos haciendo un documental. Había cosas más importantes que mostrar sobre la casa que cómo era en realidad. Creamos algo diferente porque queríamos que se sintiera como un refugio donde Vincent recibe a Gauguin y donde algo sucederá entre ellos".

A menudo, Schnabel y Kugelberg transformarían aún más los sets de Cressend, cambiando instintivamente los decorados y las pinturas en las paredes. Sin embargo, aún quedan toques famosos, incluyendo un muro adornado con una frase que Gauguin afirmó (apócrifamente o no) que Van Gogh una vez garabateó con tiza: "Je suis Saint Esprit Je suis sain d'esprit" o "Yo soy el espíritu santo y soy sonido de espíritu ".

Otra escena resonante se produce en la Gran Galería del Museo del Louvre, mientras Van Gogh asume el trabajo de sus antecesores Delacroix, Veronese y Frans Hals. "Le hablan a Van Gogh como él le habla a los pintores hoy", comparte Schnabel. "Hay algo allí sobre el modo en que los artistas se comunican más allá de la tumba".

Sobre la secuencia en el Louvre, Laurence des Cars comenta, "En esta escena, la cuestión del legado, de encontrar el propio lugar singular en la historia de la pintura es particularmente fundamental".

A medida que el rodaje avanzaba, Schnabel y Kugelberg empezaron a editar sobre la marcha, dando forma y remodelando la película incluso cuando estaba cobrando vida. "Editábamos la película dondequiera que estuviéramos", explica Kugelberg. "Nunca paramos y, en ese sentido, era como pintar. Estábamos pintando el mundo de la película, y era imposible dejar ese mundo mientras estuviéramos en él".

Schnabel también incorporó la música de Tatiana Lisovskaya, una música ucraniana que toca el violín, pero aquí hace su debut como compositora cinematográfica con la banda sonora de la película, emocionalmente resonante, basada en el piano. "Tatiana creó una música original que te lleva al sonido en el interior de la mente de Van Gogh", resume Schnabel.

V an Gogh: lo conocido y lo desconocido

Después de un siglo de creación de mitos y de extinción de mitos, la información básica sobre la vida de Van Gogh es conocida y está llena de agujeros, tanto idealizados como corroborados regularmente. Sabemos que el hombre, ahora considerado el pintor más famoso de todos los tiempos, nació en los Países Bajos el 30 de marzo de 1853. Sabemos que comenzó a pintar en serio recién a los 20 años (después de haber trabajado como misionero y comerciante de arte) y que murió a los 37 años, el 29 de julio de 1890. Sabemos que a pesar de la brevedad de su hechizo creativo, dejaría atrás un tesoro de más de 800 pinturas y 1.200 dibujos, todos menos uno que no se vendió en su vida. Y, por supuesto, sabemos que sólo muerto tomaría el mundo del arte por asalto, moviéndose generación tras generación, quienes vieron en sus pinturas una vitalidad personificada y en su éxito una confirmación de que incluso los soñadores desestimados pueden continuar con la grandeza.

La inmensidad de la fama que adquirió después de la muerte seguramente hubiera sido inimaginable para Van Gogh. No importa cuán grandes sean sus esperanzas de crear algo perdurable, no podría haber anticipado que sus pinturas algún día liderarían un mercado de arte en alza como las más caras de todos los tiempos; ni que algo y todo lo que tenga que ver con su vida sea debatido, desacreditado y debatido nuevamente en ciclos infinitos; ni que se convertiría no sólo en uno de los eminentes pioneros del arte moderno, sino en un ícono santificado de sinceridad artística y héroe cultural.

Mucho de lo que sabemos (o interpretamos) sobre Van Gogh, más allá de su pintura, proviene de sus cientos de cartas, escritas en gran parte a su hermano Theo, pero también a otros artistas. Sin embargo, una gran parte de lo que aceptamos sobre Van Gogh y especialmente la última parte de su vida sigue siendo cuestionada, desde el incidente de la oreja hasta la naturaleza precisa de su muy investigada agitación mental, hasta el papel de la espiritualidad en su vida, hasta la repentina violencia de su muerte.

El bosquejo de la historia es que dejó París en el invierno de 1888, desde el gris iluminado por los gases de la ciudad industrial hasta el antiguo pueblo francés de Arles, salpicado de sol, literalmente en busca de ver las cosas con una luz fresca. A los 35, cuando los demás se estaban estableciendo en la mediana edad, él estaba en una búsqueda para agitar las cosas. En Arles, viviendo en una casa amarilla en la Place Lamartine, se moría de frío y estaba aislado, pero le entusiasmado por un paisaje que consideraba sagrado, que lo obligaba a experimentar de manera desenfrenada con el color y el tema principal en una especie de explosión de alegría.

En octubre de 1888, Paul Gauguin llegó en respuesta a la invitación de Van Gogh. Tenían algunas cosas en común. Ambos se acercaron tarde a la pintura (Gauguin había pasado la mayor parte de su vida adulta como corredor de la bolsa. Cuando en 1882 el mercado de valores se desplomó, comenzó a pintar y a esculpir, alejándose de las influencias occidentales y lanzándose a nuevas formas). Los dos, a su modo, estaban inspirados por los conflictos de la modernidad y la búsqueda de la autenticidad humana. Y ambos morirían jóvenes, y alcanzarían los niveles máximos de fama recién después de su muerte.

Su respeto mutuo está documentado, pero también la historia de que su amistad llegó a un punto de ebullición el 23 de diciembre de 1888. El papel de Gauguin en la noche en que la oreja de Van Gogh fue mutilada se ha convertido en el tema de las leyendas en contraste. La versión más conocida es que Van Gogh y Gauguin discutieron, y en un arrebato de desesperación, al sentirse abatido y abandonado frente al aviso de Gauguin que se iría de Arles, Van Gogh se cortó la oreja izquierda y luego, sangrando excesivamente, entró en un burdel y entregó su carne a una joven prostituta (o criada). Existen numerosas variaciones de esa historia, incluidos los debates continuos sobre si solo perdió una pequeña parte del lóbulo de la oreja o la mayor parte de la oreja externa. Más recientemente, incluso se ha teorizado otra versión de la historia: que fue Gauguin quien sin querer le arrancó la oreja a Van Gogh con su espada en defensa propia después de que Van Gogh lo atacara con una navaja de afeitar, y los dos conspiraron para encubrir el accidente.

El debate continuará inevitablemente. Sin embargo, el resultado es una cuestión de historia: Van Gogh ingresó en el hospital de Arles, donde fue tratado por el Dr. Félix Rey, un internista de veintitantos años que luego sería conocido por su trabajo con la tuberculosis y el cólera. Aunque Van Gogh fue dado de alta dos semanas después, pasaría los siguientes meses dentro y fuera del hospital, pintando febrilmente cuando estaba lo suficientemente bien, y cuando no lo estaba, asustando a los aldeanos en Arles, tanto que elevaron una petición para sacarlo del pueblo.

La naturaleza exacta de los episodios de angustia aparente de Van Gogh, sin embargo, uno los etiqueta, sigue siendo tan discutible como cualquier otra parte de su vida. Entre los innumerables diagnósticos póstumos se encuentra la enfermedad bipolar, epilepsia del lóbulo frontal, esquizofrenia, trastorno de la personalidad, intoxicación por plomo por exposición a la pintura, sífilis, toxicidad de absenta, la enfermedad de Meniere en el oído interno y la enfermedad metabólica porfiria, o la suposición no médica de éxtasis religioso.

Independientemente de la causa o las causas, la experiencia vivida es que en mayo de 1889, Van Gogh ingresó voluntariamente a la institución de Saint-Paul de Mausole, donde se le prescribió hidroterapia y se le permitió establecer un estudio en una de las salas del asilo con vista a los exuberantes jardines de lilas y lirios. Allí, con la posibilidad de pintar durante horas y horas al aire libre, y en medio de campos de trigo y olivares de los alrededores, produjo alrededor de 150 pinturas, entre ellas Iris, La noche estrellada, El buen samaritano (Basada en la obra de Delacroix) y Campo de trigo con cipreses. En el antiguo monasterio convertido en asilo, el trabajo seguía siendo para Van Gogh la fuente de gracia.

Un año más tarde, en mayo de 1890, Van Gogh fue dado de alta y se mudó a Auvers-Sur-Oise más cerca de su hermano, un lugar al que definió como "profundamente hermoso". Allí continuó bajo el cuidado del Dr. Paul Gachet, un homeópata recomendado por la pintora Camille Pissarro, y un poco de su otro yo, con quien entabló amistad. La productividad de Van Gogh se mantuvo en un punto álgido durante los breves tres meses que pasó en Auvers, pintó unas 70 obras, incluyendo Campo de trigo con cuervos, Retrato del doctor Gachet y Jardín de Daubigny, que se dice que es su última pintura completa.

De todos los enigmas insolubles que rodean a Van Gogh, su muerte sigue siendo quizás el mayor. Sabemos que el 29 de julio de 1890, Van Gogh murió en Auvers debido a una herida de bala en el abdomen, y durante al menos 100 años después, la historia establecida era que se había apuntado un arma para suicidarse. Sin embargo, cuando los biógrafos ganadores del Premio Pulitzer, Steven Naifeh y Gregory White Smith, publicaron Van Gogh: A Life, su investigación sugirió una nueva historia. Determinaron que Van Gogh, que no tenía acceso a un arma, tenía más probabilidades de haber sido disparado accidentalmente por un grupo de chicos adolescentes a los que le gustaba burlarse de él, y cuyas vidas decidió proteger con sus palabras en el lecho de muerte 'No acusen a nadie. Soy yo quien quería matarse'.

Para algunos, esta historia ha llegado a suplantar la versión suicida, a cambiar la narrativa de la de un hombre que sucumbe a lo insoportable por la de un hombre que enfrenta la aleatoriedad de su destino con aceptación y honor, y es la que Schnabel elige para esta película.

Dada la creatividad prodigiosa de Van Gogh, existen también debates en curso sobre la autenticidad de pinturas y dibujos recién descubiertos. En 2016, 126 años después de su muerte, en un armario en Francia apareció un libro de contabilidad financiero del Siglo XIX con 65 dibujos en tinta. Los bocetos allí encontrados incluían paisajes, bodegones, retratos de los dueños de Café de la Gare Joseph y Marie Ginoux y de la casa amarilla en Arles. Los reconocidos académicos de Van Gogh, Ronald Pickvance y Bogomila Welsh-Ovcharov, autenticaron los dibujos basándose en sus criterios como pertenecientes a la mano de Van Gogh. Sin embargo, la procedencia del cuaderno de bocetos fue cuestionada posteriormente por el Museo Van Gogh, lo que llevó a un enfrentamiento permanente.

Sobre la inclusión del cuaderno de bocetos, Schnabel manifiesta, "Más allá de si la historia del cuaderno de bocetos es verdadera o no, es interesante en el contexto de una persona que no fue apreciada por lo que hacía en vida. Y los bocetos son muy bonitos. No sé si hay respuestas correctas a estos interrogantes sobre Van Gogh".

Ese punto de vista personal habilitó a todos los involucrados a contar la historia desde sus instintos más abiertos y no desde el terreno cambiante de la historia polémica, y para ubicar al arte en sí, y a todos sus grandes interrogantes sobre la vida, en el centro de esa historia, en vez de en la periferia.

Mathieu Amalric, quien interpreta al Dr. Gachet, (vuelve a trabajar con Schnabel después de haber encarnado el papel principal en The Diving Bell and The Butterfly) comparte, "Mi personaje le pregunta: '¿por qué pintas?' Y estos son los interrogantes que Julian plantea en Van Gogh en la puerta de la eternidad : ¿Qué es un artista? ¿Cuál es la función de un artista en el mundo? ¿Cómo puede un artista transmitir algo a la comunidad, especialmente en nuestros tiempos? Lo interesante es ver a Van Gogh a través de Julian, y a Julian a través de Van Gogh. ¿Quién es este Van Gogh? ¿Es Julian?"

Tales interrogantes, tan vivos en el tejido de la película, no tienen, por supuesto, respuestas directas. Pero pueden incitar a que prestemos más atención a lo que estamos mirando, a lo que estamos sintiendo, lo que podría ser duradero, haciéndonos eco de lo que el trabajo de Van Gogh y otros artistas nos piden.

ACERCA DEL REPARTO

Habiendo participado en más de cien películas en su legendaria carrera, WILLEM DAFOE (Vincent van Gogh) es respetado internacionalmente por aportar versatilidad, audacia y osadía a algunas de las películas más icónicas de nuestro tiempo. Su curiosidad artística por explorar la condición humana lo lleva a proyectos en todo el mundo, grandes y pequeños, películas de Hollywood y cine independiente.

En 1979, fue seleccionado para participar en la película Michael's Cimino's Heaven's Gate, pero fue despedido. Desde entonces, ha colaborado con directores que representan una enciclopedia del cine moderno: Kathryn Bigelow, Sam Raimi, Alan Parker, Walter Hill, Mary Harron, Wim Wenders, Anton Corbijn, Zhang Yimou, Wes Anderson, Martin Scorsese, David Lynch, Oliver Stone, William Friedkin, Werner Herzog, Lars Von Trier, Abel Ferrara, Spike Lee, Julian Schnabel, David Cronenberg, Paul Schrader, Anthony Minghella, Scott Cooper, Theo Angelopoulos, Christian Carion, Robert Rodriguez, Phillip Noyce, Hector Babenco, John Milius, Roger Donaldson, Paul McGuigan, Lee Tamahori, Roger Spottiswoode, Paul Weitz, Daniel Nettheim, The Spierig Brothers, Andrew Stanton, Josh Boone y Sean Baker.

Sus próximos proyectos incluyen, Van Gogh en la puerta de la eternidad , de Julian Schnabel, así como Aquaman, de James Wan. Recientemente acaba de filmar Motherless Brooklyn, de Edward Norton, y The Lighthouse, de Robert Eggers. Pronto comenzará con la producción de The Last Thing He Wanted, de Dee Rees; Siberia, de Abel Ferrara, y Togo, de Ericson Core.

Dafoe ha sido reconocido con tres nominaciones al premio de la Academia: Mejor Actor en un Papel Secundario por Platoon; Mejor Actor en un Papel Secundario por Shadow Of The Vampire, por la que también recibió nominaciones a los premios Globo de Oro y SAG; y más recientemente, al Mejor Actor en un Papel Secundario por The Florida Project, por la que también recibió nominaciones a los premios Globo de Oro y Screen Actors Guild. Entre sus nominaciones y premios, ha recibido dos premios Los Angeles Film Critics, un premio New York Film Critics Circle, un premio National Board of Review, un premio Independent Spirit, así como un Oso de Oro Honorario de la Berlinale a su Trayectoria.

Él y su esposa, la directora Giada Colagrande, han hecho cuatro películas juntos: Life and Death of Marina Abramovic, de Bob Wilson; Padre, A Woman y Before It Had A Name.

Su aventura natural es evidente en roles tan diversos como el asesino de élite, mentor de Keanu Reeves, en el neo-noir John Wick, en su trabajo de voz como Gill, el intrépido líder de la pecera, en F inding Nemo, y como Ryuk, el Dios de la muerte, en Death Note, y como el obsesionado agente del FBI en el clásico de culto The Boondock Saints.

Dafoe es uno de los miembros fundadores de The Wooster Group, el colectivo de teatro experimental con sede en Nueva York. Creó y actuó en todo el trabajo del grupo desde 1977 hasta 2005, tanto en los Estados Unidos como a nivel internacional. Desde entonces, ha trabajado con Richard Foreman en Idiot Savant en The Public Theatre (NYC) y más

recientemente en dos producciones internacionales con Robert Wilson: The Life & Death of Marina Abramovic y The Old Woman, junto a Mikhail Baryshnikov. Más rRecientemente interpretó una nueva pieza teatral, The Minister's Black Veil, basada en el cuento de Nathaniel Hawthorne y dirigida por Romeo Castellucci.

RUPERT FRIEND (Theo van Gogh) puede ser visto en la actualidad en Strange Angel, de David Lowery, producida por Ridley Scott disponible en streaming de CBS All Access. El año pasado se lo vio en The Death of Stalin, de Armando Iannucci, junto a Steve Buscemi, Michael Palin y Jeffrey Tambor. El actor es más conocido por sus cinco temporadas de Homeland en el papel de 'Peter Quinn', por el que recibió una nominación al premio Emmy®.

Friend se hizo famoso luego de ser nominado a los premios British Independent Film en la categoría Actor Revelación por su primer papel profesional en The Libertine, junto a Johnny Depp y John Malkovich. A continuación, encarnó al 'Sr. Wickham' en la adaptación de 2005 de Pride & Prejudice, dirigida por Joe Wright. En 2008, apareció en The Boy In The Striped Pyjamas, con Vera Farmiga y David Thewlis, y en 2009 protagonizó junto a Emily Blunt The Young Victoria, dirigida por Jean-Marc Vallée. Más tarde, ese mismo año, desempeñó el papel principal junto a Michelle Pfeiffer en Chéri, de Stephen Frears.

En 2013, Friend coprotagonizó en el papel de 'Oliver Baumer' en Starred Up, dirigida por David Mackenzie; la película fue nominada a ocho premios British Independent Film, incluyendo la categoría Mejor Actor de Reparto para él. En 2015, se lo vio como 'Agent 47' en Hitman: Agent

47, de Fox, junto a Hannah Ware y Zachary Quinto.

Friend empezó su carrera teatral en la aclamada producción de Kassandra que se representó en el Fringe de Edimburgo, y posteriormente actuó en la producción del West End de The Little Dog Laughed, dirigida por Jamie Lloyd y coprotagonizada por Gemma Arterton y Tamsin Grieg.

Recibió excelentes críticas por su desempeño en Brimstone And Treacle, de Dennis Potter, en el Teatro Arcola de Londres. El actor se capacitó en Webber Douglas Academy of Dramatic Art de London. Además de sus dos nominaciones al premio BIFA, fue nombrado Nuevo Talento Destacado y nominado en 2013, 2014, 2015 y nuevamente en 2016 como parte del Mejor Reparto (Homeland) a los premios Screen Actors Guild®.

Rupert Friend es también guionista, productor, director y letrista. Coescribió y produjo el cortometraje The Continuing and Lamentable Saga of the Suicide Brothers, que ganó el premio a la Mejor Comedia en el Festival de Cine de New Hampshire en 2009. Posteriormente escribió, dirigió y produjo la película Steve, protagonizada por Colin Firth, por la que Friend fue galardonado con el premio Crystal Vision en el Festival de Cine Rhode Island Flicker. Además, recientemente ha escrito para el cuarteto británico Kairos, ganador del premio MOBO, las letras de su álbum Everything We Hold, que fue calificado por el periódico The Observer como el Tesoro Escondido de 2013. En la actualidad está desarrollando su película como escritor y director.

En 2016 MADS MIKKELSEN (Sacerdote) protagonizó Rogue One: A Star Wars Story, como el científico imperial Galen Erso. Justo antes de ésta, protagonizó la película de Marvel, Dr. Strange, junto a Benedict Cumberbatch y Tilda Swinton como el villano Kaecilius, que considera que la vida es su principal enemiga. Mikkelsen es especialmente conocido por su interpretación en el papel principal como el exitoso psicólogo y asesino serial, el Dr. Hannibal Lecter, basado en el personaje de las novelas clásicas de Thomas Harris.

El actor nacido en Copenhague comenzó su carrera profesional como gimnasta y bailarín y ha trabajado de manera continua en teatro, cine y la televisión hasta convertirse en la máxima estrella de Dinamarca y Escandinavia. Este trabajo fue reconocido cuando fue elegido para formar parte del prestigioso jurado en el Festival de Cine de Cannes 2016.

Sus películas incluyen A Royal Affair, nominada al premio de la Academia, en el papel de Johann Friedrich Struensee, el médico alemán que se convirtió en confidente del Rey Cristiano VII, quien padecía enfermedades mentales y tuvo un romance con su esposa, la Reina Caroline Mathilde. En el Festival de Cine de Cannes de 2012, recibió el premio al Mejor Actor por su papel en The Hunt, de Thomas Vinterberg, en la que interpreta a un maestro de jardín de infantes que es acusado falsamente de abuso infantil.

Mikkelsen también coprotagonizó The Necessary Death of Charlie Countryman en el papel de Nigel, un jefe de crímenes violentos, al lado de Shia LaBeouf, Rupert Grint y Evan Rachel Wood. Hizo su debut en el cine con una actuación principal en Pusher, el exitoso drama policial del director Nicolas Winding Refn (Drive) de 1996, que forma parte de una trilogía. Repitió su papel en la tan esperada secuela With Blood On My Hands: Pusher 2. Esta actuación le valió una estatuilla Robert al Mejor Actor de la Academia de Cine de Dinamarca y el premio Bodil, también al Mejor Actor, de la Asociación Nacional de Críticos de Cine de Dinamarca.

En 2006, Mikkelsen interpretó al villano, Le Chiffre, en la película de James Bond en 2006, Casino Royale. La película fue recibida positivamente por los críticos y recaudó más de 594 millones de dólares en todo el mundo, y se convirtió en la película de James Bond de mayor recaudación. También ese año, desempeñó el papel principal en la película nominada al premio de la Academia, After the Wedding, dirigida por la directora ganadora del premio de la Academia, Susanne Bier. En 2009, volvió a formar equipo con el director danés Winding-Refn en Valhalla Rising, que narra la historia de un grupo de cristianos que se pierde trágicamente en un viaje a Jerusalén en el año 1.000 a.C.

En 2010, Mikkelsen dio vida a Draco en la película de aventuras y fantasía en 3D, Clash of the Titans, dirigida por Louis Leterrier. En 2011, interpretó a Rochefort en la adaptación 3D de The Three Musketeers para el director Paul W.S. Anderson, junto a Orlando Bloom, Christoph Waltz y Milla Jovovich. El año pasado, participó en el thriller Arctic, en el papel principal de un hombre perdido en el Ártico que intenta sobrevivir al frío inhumano y la soledad. La película se estrenó en el Festival de Cine de Cannes de 2018. Recientemente terminó el rodaje de la

adaptación de la novela gráfica Polar, dirigida por Jonas Åkerlund y que será lanzada por

Netflix.

OSCAR ISAAC (Paul Gauguin) es uno de los grandes actores jóvenes de hoy. Obtuvo la aclamación de la crítica, una nominación al Globo de Oro y un premio Independent Spirit al Mejor Actor por su interpretación del personaje principal en la película Inside Llewyn Davis de los hermanos Coen. La película se estrenó en el Festival de Cine de Cannes 2013, donde ganó el premio Grand Prix, y le valió a Isaac el premio Toronto Film Critics al Mejor Actor. Asimismo, en la banda sonora de la película, el actor muestra sus habilidades como cantante e intérprete, aportando además un elemento de autenticidad a su interpretación del cantante de folk en dificultades. Después de recibir críticas entusiastas por su papel protagónico junto a Catherine Keener en la miniserie de HBO Show Me A Hero, recibió un Globo de Oro en la categoría Mejor Actor en una Miniserie o Película de Televisión y una nominación al premio Critics' Choice Television al Mejor Actor en una Película o Miniserie. Isaac interpreta a Nick Wasickso, el alcalde más joven de la gran ciudad de la nación, quien se encuentra en el centro de la lucha por la integración y el acceso a las viviendas públicas en Yonkers, Nueva York, a fines de los años ochenta.

En 2014, Isaac encabezó el drama de acción de JC Chandor, A Most Violent Year, por el que ganó el premio National Board of Review al Mejor Actor. La película obtuvo el premio National Board of Review a la Mejor Película. El año siguiente, protagonizó junto a Alicia Vikander y Domhnall Gleeson en Ex Machina, escrita y dirigida por Alex Garland. Este thriller psicológico de ciencia ficción cuenta la historia del programador Caleb Smith, invitado por su empleador, el excéntrico multimillonario Nathan Bateman (Isaac), para administrar la prueba de Turing a un androide con inteligencia artificial. El National Board of Review reconoció a Ex Machina como una de las diez mejores películas independientes del año.

El verano pasado, Isaac encabezó la producción veraniega de Hamlet en The Public Theatre. Más recientemente, fue visto en Suburbicon (2017), junto a Matt Damon y Julianne Moore; en Annihilation (2018), Operation Finale, de Chris Weitz, en la que también sirvió de productor, y Life Itself, de Dan Fogelman, junto a Olivia Munn. Acaba de terminar de filmar Triple Frontier, en Hawaii, junto a Ben Affleck y Charlie Hunnam, y la película de Schnabel Van Gogh en la puerta de la eternidad, que se lanzará en 2019. Actualmente, está filmando la próxima película de Star Wars, Star Wars: Episode IX, en Londres, y acaba de anunciarse que dará voz a Gomez Addams en la película animada The Addams Family.

En 2016, Isaac participó en The Promise, junto a Christian Bale, y en X-Men: Apocalipsis, de 20th Century Fox. En 2015, interpretó al piloto de la Resistencia, Poe Dameron, en la tan esperada película Star Wars: The Force Awakens, la séptima entrega de la saga principal de Star Wars. Dirigida, coproducida y coescrita por J.J. Abrams, Star Wars: The Force Awakens, la primera de una trilogía planeada por Disney, estrenada en diciembre de 2015, en dos semanas se convirtió en la película nacional de mayor recaudación de todos los tiempos. Es la película que alcanzó

una recaudación de 700 millones de dólares en menor tiempo, y rompió los récords de apertura en taquilla, nacional y mundial. The Force Awakens también obtuvo el segundo y tercer fin de semana más alto de la historia, estableciendo así un nuevo récord nacional de taquilla en el día de Navidad y de Año Nuevo, y se convirtió en la segunda película más taquillera de IMAX.

Sus créditos cinematográficos anteriores incluyen, la película coral de Anchor Bay, Ten Year, para la que compuso una canción original que interpreta en el filme; Sucker Punch, de Zak Snyder; Agora, dirigida por Alejandro Amenabar; Balibo, por la que recibió un premio AFI al Mejor Actor de Reparto; In Secret, basada en la novela de Emile Zola; Body of Lies, de Ridley Scott; Won't Back Down, de Daniel Barnz; Che, de Steven Soderbergh; The Life Before Her Eyes, de Vadim Perelman; PU-239, de HBO; y como José en The Nativity Story.

En los escenarios del circuito Off-Broadway, Isaac participó en la obra de Zoe Kazan, We Live Here, en el teatro Manhattan Theatre Club; interpretó a Romeo en Romeo and Juliet y en Two Gentlemen of Verona, producciones para Shakespeare in the Park del Public Theater. Además, participó en Beauty of the Father en el Manhattan Theatre Club y en Grace en el MCC Theater. Entre sus créditos teatrales adicionales figuran, Arrivals and Departures, When It's Cocktail Time in Cuba y Spinning into Butter.

Oscar Isaac estudió artes escénicas en la prestigiosa Juilliard School y, en la actualidad, vive en la ciudad de Nueva York.

Desde muy pequeña, ANNE CONSIGNY (Profesora) quería ser actriz. Con tan sólo 9 años, hizo su primera actuación en teatro en la obra The Satin Slipper, de Claudel, bajo la dirección de Jean-Louis Barrault. A los 17 años, se graduó con el primer premio del Conservateire national d'art dramatique, el teatro nacional francés y la escuela de actuación, y fue contratada por Peter Brook para interpretar el papel de Anna en The Cherry Orchard, de Chéjov, junto a Michel Piccoli y Niels Arestrup. Al año siguiente, se unió a la Comédie française (la compañía francesa de teatro nacional). El director de cine Manoel de Oliveira la contrató en 1984 para participar en su versión cinematográfica de The Satin Slipper, un papel por el que fue elogiada por la prensa. Después de esta hermosa experiencia, decidió dedicar su carrera al teatro. Ha sido una presencia importante en los escenarios franceses desde entonces: recientemente, fue elegida por la actriz Emmanuelle Riva para interpretar al otro personaje en Savannah Bay (2014), de Marguerite Duras, y por el autor internacionalmente aclamado Florian Zeller para presentar en París su última obra, El Hijo [Le Fils].

Consigny recién volvió al cine a principios de la década del 2000. Después de ser dirigida por primera vez por Arnaud Desplechin en In The Company of Men, interpretó a la esposa de Gérard Depardieu en la película de detectives 36, Quai des Orfèvres, dirigida por Olivier Marchal. En 2004, el éxito de I'm Not Here To Be Loved, dirigida por Stéphane Brizé, consolidó su reputación; como compañera de tango de Patrick Chesnais, fue nominada al premio César

a la Mejor Actriz. En 2006, actuó junto a Benoît Poelvoorde en la comedia Du jour au lendemain, de Philippe Leguay. El mismo año, interpretó a la presidenta de la República en la serie de televisión The State of Grace, dirigida por Pascal Chaumeil (2006). En 2007, fue elegida por Julian Schnabel para interpretar el papel de asistente de Mathieu Amalric en la multipremiada película T he Diving Bell and the Butterfly. En 2008, interpretó a una asesina en The Great Alibi, de Pascal Bonitzer. Al otorgarle el papel de Elizabeth, hermana de Mathieu Amalric, Arnaud Desplechin colocó a la actriz en el corazón de A Christmas Tale, un papel por el que fue nominada al premio César a la Mejor Actriz de Reparto. Asimismo, por su interpretación de la atormentada esposa de Yvan Attal en Rapt, de Lucas Belvaux, fue nuevamente nominada al premio César a la Mejor Actriz de Reparto.

Si bien a Consigny le gusta trabajar con grandes autores, como Alain Resnais en Wild Grass And You Have Not Seen Anything Yet y prefiere las películas experimentales como History's Future, de la artista holandesa Fiona Tan, también aparece en filmes convencionales, grandes producciones como Largo Winch o John Rabe, del director alemán Florian Gallenberger, o comedias populares como The First Star y su secuela The Second Star. En 2012 y 2015, fue una de las protagonistas en las dos temporadas de The Returned, serie aclamada a nivel internacional y galardonada con el premio Emmy Internacional a la Mejor Serie de Drama en

2013. En 2016, actuó en Elle, de Paul Verhoeven, como la mejor amiga de Isabelle Huppert, un papel por el que fue nominada al premio César a la Mejor Actriz de Reparto. En 2018, además de interpretar papeles principales en dos series francesas (incluyendo TheHospital), actuó en

3 películas muy diferentes, demostrando su atractivo entre los directores no franceses: la comedia popular Abdelkader And The Countess, el drama social 7 Minuti y Van Gogh en la puerta de la eternidad .

Nacido en París en 1989, VLADIMIR CONSIGNY (Dr. Felix Rey) hizo su debut cinematográfico a los dieciséis años. Entre otros, sus créditos cinematográficos incluyen Les Revenants, dirigida por Fabrice Gobert; Farewell My Queen, con Lea Seydoux y Diane Kruger; Marsella, de Netflix, junto a Gérard Depardieu y Benoit Magimel; y el éxito británico The Inbetweeners. El actor ha trabajado con directores tan diversos como James Huth, Benoit Jacquot, Adolpho Arrieta, Gabriel Aghion, Alain Resnais, Luca Guadagnino y ahora Julian Schnabel.

A los 22 años, dirigió su primer cortometraje que se emitió en la televisión nacional francesa. Paralelamente a su carrera cinematográfica, ahora estudia en la Escuela Nacional de Bellas Artes de Francia, Les Beaux-Arts de Paris.

LOLITA CHAMMAH (la campesina), actriz desde la infancia, ha rodado películas con personajes como Claude Chabrol y Werner Schroeter. A los 15 años, asumió el intenso papel de una adolescente mística en La Vie Moderne, de Laurence Ferreira-Barbosa. Continuó haciendo películas con Coline Serreau, Claire Denis, Zina Modiano, Marc Fitoussi y Claire

Simon, entre otras. En el escenario, interpretó a Agnes en The School of Women, bajo la dirección de Coline Serreau, y fue vista en Salome, de Oscar Wilde, en la Comedia de Ginebra y París.

La carrera de Chammah siempre ha estado marcada por diversos encuentros con el mundo artístico, lo que refleja los estudios literarios que también emprendió. Otros papeles incluyen Baby Doll Gaby, de Sophie Letourneur; Anton Chekhov 1890, dirigida por René Feret, y más recientemente, Barrage, de Laura Schroeder, y Aurore, la serie de televisión de Laetitia Masson. Pronto, se presentará en la película debut de Christophe Le Masne, Notre Petit Secret, seleccionada para el Festival de Cine Francés Angoulême 2018, y en Atome, de Isild Le Besco, en la que además servirá de coproductora.

DIDIER JARRE (Asistente del asilo) nació en Chambery, Francia, hijo de un granjero y una maestra. Interesado en el cine y el teatro desde muy joven, comenzó a hacer películas relacionadas con los deportes cuando aún estaba en la escuela, y luego trabajó como actor, modelo para la ropa de alpinismo y para dos compañías de teatro. También ha trabajado como instructor de esquí, malabarista, vendedor de helados y profesor de buceo en alta mar, entre otras actividades. Recientemente se capacitó para ser enfermero. Más recientemente se lo vio en la televisión francesa en el drama policial Meurtre à Brides-les-bains.

ACERCA DE LOS REALIZADORES

JULIAN SCHNABEL (Director, coescritor)

JEAN-CLAUDE CARRIÈRE (Coescritor) es autor, director de cine y guionista. Nació en Colombières-sur-Orb, Francia, hijo de Alice y Felix Carrière, un agricultor. En 1957 publicó su primera novela, Lézard. Después de conocer a Jacque Tati, comenzó a escribir novelizaciones de sus películas. A través de Tati, conoció a Pierre Étaix, con quien escribió y dirigió varias películas, entre ellas Heureux Anniversiare, que ganó el premio de la Academia al Mejor Tema Corto.

Sus 19 años de colaboración con el director Luis Buñuel comenzaron con Diary of a Chambermaid; coescribió el guión con Buñuel y también hizo el papel de un sacerdote de aldea. Carrière y el director colaborarían en los guiones de casi todas las películas posteriores de Buñuel, incluyendo Belle de Jour, The Milky Way, The Discreet Charm of the Bourgeoisie, The Phantom of Liberty y That Obscure Object of Desire.

Asimismo, escribió los guiones para The Tin Drum, Danton, The Return of Martin Guerre, La Derniere Image, The Unbearable Lightness of Being, Valmont, Cyrano de Bergerac, Birth and Goya's Ghosts y coescribió Max, Mon Amour con el director Nagisa Oshima. Asimismo, colaboró con Peter Brook en una versión teatral de 9 horas de la antigua epopeya sánscrita The Mahabarata, y una versión cinematográfica de cinco horas. En 1998, proporcionó el libreto para la quinta ópera Clara, de Hans Gefors, que se estrenó en la Opera-Comique de París. Su trabajo en televisión incluye la serie Les aventures de Robinson Crusoë, una producción franco- alemana muy vista en el extranjero.

En 2012, Carrière y Umberto Eco publicaron un libro de conversaciones sobre la historia de los libros y el futuro de la información. En 2014, Carrière recibió un premio honorario de la Academia por su trabajo como guionista.

LOUISE KUGELBERG (Coescritor)

JON KILIK (Productor) es un productor independiente líder reconocido por sus colaboraciones con directores visionarios y por entretenimiento que integra historias poderosas con valores humanos y problemas sociales. Se ha asociado creativamente con directores como Spike Lee, Julian Schnabel y Alejandro Gonzalez Iñárritu, y ha producido las cuatro películas de la franquicia Hunger Games.

Kilik se asoció con Spike Lee para 15 películas, entre ellas lo innovadora y ganadora del Oscar Do The Right Thing, Malcolm X, Clockers, He Got Game y 25th Hour. También desarrolló y produjo todas las películas del artista y director Julian Schnabel. El debut de Schnabel

Basquiat, la nominada al premio Oscar® Before Night Falls, el documental de rock Lou Reed´s Berlin, la nominada al Oscar® y ganadora del Globo de Oro The Diving Bell and The Buttefly y la próxima Van Gogh en la puerta de la eternidad.

Kilik trabajó por primera vez con Alejandro Gonzalez Iñárritu en Babel, por la que recibió una nominación al Oscar® a la Mejor Película y ganó el Globo de Oro a la Mejor Película Dramática. Se volvieron a reunir para Biutiful, nominada al Oscar a la Mejor Película en Lengua Extranjera. Por otro lado, produjo el debut como director de Gary Ross, Pleasantville, y trabajó con Ross para llevar a la pantalla la primera entrega de The Hunger Games. Su colaboración continuó con el drama de la Guerra Civil The Free State of Jones y más recientemente con Ocean 8.

Otros aspectos destacados de la carrera productora de Kilik incluyen: Foxcatcher, de Bennett Miller y nominada al Oscar; Thank You For Your Service, de Jason Hall; el debut como director de Robert De Niro, A Bronx Tale; la película de Tim Robbins ganadora del premio de la Academia, Dead Man Walking; así como el debut como director de Ed Harris, ganadora del premio de la Academia®, Pollock.

Kilik también produjo Alexander and W., de Oliver Stone; la comedia íntima de Jim Jarmusch, Broken Flowers, ganadora del premio del Gran Jurado en el Festival de Cine de Cannes de 1995, y el documental de rock de Iggy Pop de Jarmusch, Gimme Danger.

Nacido en Newark, Kilik creció en Millburn, Nueva Jersey. Se graduó en la Universidad de Vermont, luego se mudó a Nueva York en 1979, donde ha sido una presencia significativa en la comunidad cinematográfica desde entonces. Pronunció un discurso polémico e inspirador sobre el potencial para el futuro de la industria cinematográfica en el IFP Film Market de 2013 en el Lincoln Center. También recibió doctorados honorarios y pronunció el discurso de graduación en la Universidad de Vermont (2003) y en la Universidad de Monmouth (2013).

BENOIT DELHOMME (Director de fotografía) nació en los suburbios de París en 1961. Comenzó a estudiar cine a principios de los años 80 en la Universidad de la Sorbona y en la École Louis Lumière, donde se especializó en cinematografía, guiado por el operador de cámara favorito de Robert Bresson. Sus primeros trabajos principales como director de fotografía son las dos películas que filmó para el director vietnamita Tran Anh Hung: The Scent of Green Papaya y Cyclo, ambas ganadoras de muchos premios, incluido el Cámara de Oro en el Festival de Cannes, el León de oro en Venecia. y una nominación al Oscar a la Mejor Película Extranjera.

Tras el éxito de estas dos películas, Delhomme ha desarrollado una sólida carrera internacional habiendo trabajado con directores aclamados como Anthony Minghella, Mike Figgis, David Mamet, Michael Radford, Lone Scherfig, Cedric Klapisch, Benoit Jacquot, Tsai Ming Liang y Hideo Nakata.

Tras el rodaje de The Merchant of Venice, Al Pacino le pidió a Delhomme que se uniera a él en su película experimental sobre Salome de Oscar Wilde. Su cinematografía en The Proposition and Lawless de John Hillcoat ha sido elogiada en todo el mundo.

Entre las películas más recientes de Delhomme figuran A Most Wanted Man, una adaptación de la novela de John Le Carré dirigida por el legendario fotógrafo Anton Corbijn y protagonizada por el fallecido Philip Seymour Hoffman; The Theory Of Everything, por la cual Eddie Redmayne ganó un premio de la Academia al Mejor Actor, y Free State of Jones, una historia sobre la Guerra Civil dirigida por Gary Ross y protagonizada por Matthew McConaughey.

Paralelamente a su trabajo en cine, Benoit también realiza un trabajo personal como pintor.

STÉPHANE CRESSEND (Diseñador de producción) comenzó su carrera en producciones francesas como La Vie en Rose, protagonizada por Marion Cotillard, y Mission Cleopatre, con Gerard Depardieu. Hizo su debut en Hollywood como director de arte en Alexander, de Oliver Stone, filmando en Marruecos en 2003. Asimismo, trabajó como director de arte en películas como Hugo, The Hunger Games y Dunkirk. Debutó como diseñador de producción en La Folle Histoire de Max et Leon, de Jonathan Barré. Actualmente, se desempeña como director artístico en la próxima película de Wes Anderson, en colaboración con el diseñador de producción Adam Stockhausen, y en 2019 diseñará la producción de The Widow Clicquot, la historia épica de la mujer detrás de la familia y el negocio de champagne Veuve Clicquot.

KAREN MULLER SERREAU (Diseñadora de vestuario) se crió en Inglaterra donde estudió confección y diseño. Pasó la mayor parte de su vida adulta en Francia y trabajó con directores de cine franceses, estadounidenses, ingleses e iraníes, entre ellos Anne Fontaine Safy Nebou, Khieron, Coline Serreau, Alain Berliner, Michel Haneke, Sally Potter, Brian de Palma, Roman Polanski y ahora Julian Schnabel. Sus créditos incluyen, Venus in Fur, de Polanski y Amour, de Haneke.

JEAN PAUL MUGEL (Editor de sonido) trabajó anteriormente con Julian Schnabel en The Diving Bell and the Butterfly. Es conocido por su trabajo con Wim Wenders en París, Texas y Wings of Desire. Recibió un premio César por el sonido en la película Farinelli dirigida por Gérard Corbieau, y también trabajó con Oliver Stone en Alexander y con Brian de Palma en Femme Fatale y The Black Dahlia. Recientemente grabó la nueva película de Paul Verhoeven, Benedetta.

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