El grupo estadounidense Kiss recibió anoche el afecto de casi 50.000 fans congregados en el estadio Monumental de Núñez que ratificaron que la Argentina es parte de la "kissmanía", en una nueva fiesta rockera.
Fuegos artificiales, una escenografía que parecía la película de Steven Spielberg "Volver al futuro", riffs pegadizos y la lengua prominente de Gene Simmons fueron algunos de los elementos que brillaron en la apertura del show.
Este fenómeno musical, de los más relevantes dentro de la cultura pop, construyó en la Argentina, la igual que el resto del mundo, una lealtad y fidelidad entre el publico heavy y rockero.
Los acordes de la canción "Won't Get Fooled Again", de The Who, fueron el preámbulo a que se levantara el telón y una voz en off gritara en ingles "ustedes buscan lo mejor, lo tienen, la banda más caliente del mundo: Kiss".
Con la canción "Deuce" como apertura, el guitarrista y vocalista Paul Stanley, el bajista Gene Simmons, el baterista Eric Singer y el guitarrista Tommy Thayer, emergieron vestidos y disfrazados como manda la historia.
A esta altura del partido, una banda de más de 30 años de carrera, siempre presenta una lista de temas invencible, con clásicos como "Hotter Than Hell", "C'Mon and love me", "Cold gin", "Rock&Roll all nite", "Lick it up" y "I was made for lovin' you".
En el concierto no falta lo visual como ocurrió en "Shutter, precedida de explosiones, Simmons escupiendo fuego en "Hotter than hell" y la guitarra de Thayer quemándose luego del solo de "She".
Más tarde, Singer y su batería se elevaron por sobre una aureola de fuego cuando la banda tocaba "100.000 años".
La gente coreó "Black Diamond" junto a Stanley, que luego se elevó por sobre la cabeza de todos hasta la torre de sonido para cantar "Love Gun".
El cierre fue con el clásico de los 70, "Detroit Rock City", al que siguieron fuegos artificiales y explosiones de colores.
Kiss clausuró la cuarta y última jornada del Quilmes Rock, un encuentro que ayer también fue animado por Massacre, Molotov y Ratones Paranoicos.